Capítulo 5: "Te vi"

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Capítulo 5: "Te vi"

Cogí un paquete de palomitas del microondas y le puse azúcar por encima. Mientras caminaba hacia el pequeño salón donde teníamos puesta una película de Netflix no pude evitar echarme un par de palomitas a la boca causando que Emily arrugara la nariz disgustada.

-¿No te han dicho que hay que compartir?- me enseñó la lengua arrebatándome el cuenco.

Me senté a su lado en el sofá y comencé coger palomitas para tirárselas al pelo, logrando que Emily cogiera entero el paquete y me lo vaciara encima.

Me sacudí la cabeza para quitarme todas las que tenía en el pelo.

-Ahora sí que puedo decir que soy dulce- le sonreí divertido.

-Ay azucarito- se burló del apodo que le tenía, y encima la muy pilla me pasó el dedo por la nariz cogiéndome un poco de azúcar y se lo llevó a la boca.

Me lo tenía bien merecido.

-Es la última vez que te hago palomitas- la apunté con el dedo.

-Eso es mentira y lo sabes- me imitó.

Ambos nos miramos fijamente durante unos segundos antes de estallar en carcajadas. Estos eran los momentos que me encantaban con ella, cuando ambos acabamos tirados en el suelo descojonándonos.

Nunca llegué a pensar que tendría una mejor amiga, y encima que fuera mi cuñada.

Adoraba a Emily.

-¿Entonces nos hemos quedado sin chuches?- hice un pequeño puchero.

Emily rodó los ojos antes de levantarse para ir a la cocina a por alguno de los dulces que escondía para que Annie no se atiborrara. Era realmente buena, yo me había pegado media hora para encontrar una mísera chocolatina.

Después de un par de minutos apareció con una tableta de chocolate y unos refrescos que estaban extrañamente fríos, raro pensé que había mirado bien en la nevera.

-Veamos la película- aplaudí encantado cogiendo el mando.

Sin embargo, Emily me lo arrebató antes.

-Primero necesito hablar.

Enseguida me puse serio.

-¿Qué ha pasado? ¿Nathaniel ha sido un idiota? ¿Crees que puede ser un loco obsesivo? Sé donde puedes esconderte para que no te encuentre, tan solo necesito un coche, dos billetes de avión a Singapur y hablar con mi amigo chino.

Emily soltó una pequeña risita.

-Eres incorregible. Ya te dije que Nath no era nada de eso.

-Que sepas- me puse serio.

-¡Es tu hermano!- exclamó.

-¡Precisamente por eso lo digo!- la imité.

Ella negó con la cabeza divertida. Era la única persona que siempre se reía de todas mis bromas estúpidas, eso sí que era amistad.

A veces me preguntaba qué hubiera pasado si Nathaniel no hubiera estado enamorado de ella, si yo hubiera tenido vía libre para conquistarla como había querido cuando la vi por primera vez. ¿Seríamos una buena pareja? ¿Estaríamos juntos para siempre?

No me arrepentía de que ella y Nath se hubieran quedado juntos, después de todo yo era el que tenía más probabilidad de estar con ella cuando fuéramos viejos. El poder de la amistad.

Mi hermano se enfadó cuando se lo dije.

-Ahora en serio. ¿Me vas a decir qué haces aquí?- se cruzó de brazos.

Y de repente... túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora