Capítulo 17: "Vacaciones"

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Capítulo 17: "Vacaciones"

Miré con una enorme sonrisa en la cara el papel que nos había entregado nuestro profesor con la nota del trabajo. Un precioso 10.

Ahora no me arrepentía de haberme quedado todo el domingo en casa de Érica haciendo el trabajo, pero no se lo diría a Érica ya que era probable que esa endiablada mujer me lo estuviera restregando por la cara toda la vida.

Isaac, que caminaba a mi lado, observaba la nota igual de ilusionado que yo.

-¿Cómo es posible?- me preguntaba- ese viejo carcamal siempre encuentra fallos en todos los trabajos. Dime en serio que has hecho.

Me encogí de hombros.

-Pasarme dos días enteros haciéndolo- me limité a decir.

Y hacer caso a los apuntes que Érica había tomado, todo lo que decía el profesor e incluso había puesto cómo le gustaba que se redactaran las cosas. Lo habíamos hecho de tal manera que no podía encontrarle ningún fallo.

Érica siempre tan perfeccionista.

Creo que esa parte de su personalidad nació el día en el que las animadoras fueron por ella, como si se obligara a ser perfecta para que no le volviera a pasar. Por suerte, se había estado reduciendo y ese perfeccionismo solo aparecía en temas de clase.

La verdad es que me gustaba más la Érica malhumorada, preparada para escupirme veneno en cualquier momento.

Lo sé, era masoquista. ¿Pero qué se le iba a hacer? Me divertía.

-La próxima vez la quiero a ella de compañera- avisó Isaac.

Solté una carcajada.

-Buena suerte- me burlé- porque no te aguanta.

-Pero odia a toda la clase- le quitó importancia- así que todavía tengo alguna posibilidad con ella, y quien sabe puede que le guste y empecemos una relación- me guiñó un ojo- está buenísima.

Fruncí el ceño algo molesto.

¿Pero de qué iba?

Si bien era cierto que Érica era una belleza, no era su único atributo como lo hacía ver. Era sarcástica, siempre rápida para darte una réplica, cabezona, muy inteligente y perfeccionista. Pero a la vez muy leal con sus amigos, haría lo que fuera por ellos, era divertida cuando se dejaba llevar y dulce.

Una persona que no viera todo eso no se merecía estar con ella.

-Deja de decir tonterías- comenté- ella nunca te hará caso, además te odia más que al resto.

Me miró algo asombrado.

-¿Y eso por qué?

¿Por lo idiota qué eres a veces quizá?

Vaya, hasta mi me sorprendió la mezquindad con la que lo pensé. Puede que Érica me estuviera influenciando.

-Tendrías que preguntárselo a ella- me encogí de hombros.

Bufó algo molesto sabiendo que eso sería misión imposible, ya que la rubia tendía a ignorarlo cada vez que se acercaba.

-Está bien soñar- sonrió divertido- por cierto, ¿ya sabes lo que vas a hacer en la semana de vacaciones? Estaba pensando que podríamos ir a una fiesta que se celebra en Canadá. Sé que está un poco lejos pero vale la pena, dicen que es una fiesta de la espuma.

Parecía entretenida.

Pero era una pena que no fuera a ir.

-Lo siento tío- suspiré- pero creo que por una semana que podemos estar todos en casa no me voy a ir a otro país- le palmeé la espalda- puede que otro día.

Y de repente... túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora