Catorce

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—Hoy visité el antiguo hotel —Yeonjun dijo sentándose en una de las sillas cerca de la barra donde estaban Van y Jimin.

—¿Y?

—Siguen rodeándolo —se encogió de hombros.

Van asintió tomando un sorbo de su whisky dejándolo sobre el porta vasos haciendo una mueca.

—¿Problemas en el paraíso? —rio Jimin.

—No, es que no me gusta aquí —suspiró observando su vaso de whisky.

—¿Por qué no mandamos a construir otro lugar? Debe haber un terreno por ahí que nadie quiera.

—La policía sospecharía de inmediato y... salgan de aquí —murmuró viendo asustado la entrada de la recepción.

Todos se giraron para ver al oficial Jeon y al detective Namjoon entrando por aquellas puertas vidriosas escaneando el lugar. Jimin tomó del brazo a Yeonjun levantándose para irse pasando por el casino entre las máquinas.

—Llévate a Soobin —le murmuró al oído discretamente.

Este asintió para ir en una dirección opuesta a la de Jimin mientras que este se fue metiendo entre las hileras de las pocas máquinas de juego que había al ver de soslayo como el oficial Jeon lo seguía.

—Si no me equivoco, se habrán dividido...

Intentaba buscar al detective, pero no había rastro de él por alguna parte. Caminó tranquilo perdiéndose entre la gente que parecía entretenida en los juegos de apuestas, esperaba que con eso el joven oficial lo perdiese de vista, pero parecía que su cabello rosa no ayudaba a lo que sonrió pensando que era un idiota.

Pasó por el puesto de juego donde Soobin trabaja y se alivió de no verlo donde siempre, al menos el muchacho estaría a salvo.

Vio como la puerta de la salida de emergencia era bloqueada por el detective mientras buscaba algo con la mirada y cuando sus ojos se encontraron y comenzó a avanzar hasta él, Jimin sonrió al saber que el era lo que buscaban.

—Bueno, la entrada está libre —murmuró.

Se giró encontrándose con el oficial Jeon y sin dudar, lo sujetó del hombro y le dio un golpe directo en el estómago dejándolo adolorido en el suelo. Lo pasó por alto para continuar su camino sabiendo que el detective se detendría por unos momentos a socorrer a su compañero.

—¡VE POR ÉL!

Sonriendo, comenzó a correr hasta la salida atrapando las llaves que Van le lanzó cuando este lo estaba pasando. Salió de prisa de ahí para correr hasta el auto de Van y encenderlo sin problema para salir con prisa del lugar estacionado y alejarse de las cabañas. Por el retrovisor observó como el detective salía y hacía un gesto de queja mientras gritaba.

—Que día.

Pensaba en donde podía quedarse, pero primero debía dejar el auto varado por ahí para engañar a los policías. Sonrió al recordar con quien podía llevar ese auto y transformarlo completamente.

 Sonrió al recordar con quien podía llevar ese auto y transformarlo completamente

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