Capítulo 26 🌷

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«Hope»

Julia

Todo ha tomado un ritmo diferente y creo que debo darme a entender correctamente, pues empiezo por el hecho de que han pasado cuatro años desde la última vez que pude sentarme a lamentarme de mis problemas amorosos. Desde la llegada de mi hija, porque sí, he tenido una dulce niña a la cual he decidido llamar Hope «esperanza» Creo que de volver a sentirme aliviada y no presionada por las personas que me rodean.

Durante mi embarazo sufrí ataques de pánico, depresión y muchas cosas más de las cuales no me siento orgullosa. Pero en el instante en el que la colocaron entre mis brazos supe que no necesitaba a nadie ni nada en este mundo, que su simple son risita sería suficiente para iluminar mi existencia en este planeta.

Llamo un poco la atención su color de cabello, pero aquella tonalidad rojiza era una fuerte característica de mi madre, a la cual luche por salvar hasta mis últimos esfuerzos. Pues Hope es su viva imagen o al menos de eso intento autoconvencerme, porque cada vez que la mío no puedo evitar perderme en sus ojos color verdes que me transportan a un tiempo oscuro de mi pasado.

Ha cumplido cuatro años y no lo digo solo por qué es mi hija, pero es tan inteligente, amable y hermosa que se te hace imposible no amarla. Cada minino gestó de ella logra hacerme entender que mi mundo ahora mismo se ve resumido en sus dulces sonrisas.

Hope es muy apegada a su padre y no pienso negar el hecho de que Thomas nunca me ha fallado como padre, siempre está pendiente de ella en todos los sentidos posibles y mi hija lo ama más que a nada en el mundo. Eso me recuerda la tensa relación que tengo con Alexander respecto a la crianza de Hope, el idiota piensa que mi pequeña será una de esas chicas que va por el mundo con el dinero de papi sin pensar que la vida tiene consecuencias.

—Mami — Dice mi hija llamando mi atención.

—Dime, cariño — Le contesto observado su bella sonrisa.

—Quiero ponerme este vestido para ir al parque — Me comenta enseñándomelo.

—Como tú órdenes mi reina — Sonrió mientras ella corre a su habitación con mucha alegría.

Me dispongo a seguir sus pasos, pero en el camino me encuentro con Thomas, el cual viste una delicada camisa negra junto a un short blanco y sus carismáticos lentes de sol sobre su cabeza. En sus labios se forma una sonrisa cuando me ve para luego acercarse a mí y besar mis labios con suavidad.

—Te ves hermosa — Susurra a mi oído —Como todos los malditos días, pareces una obra de arte.

—Hope puede escucharnos — Digo riendo de los nervios.

—No va a escuchar nada de otro mundo amor, tal vez así aprenda que en el futuro tiene que tener a los hombres a sus pies y no al revés.

—Vamos a ir al parque, ¿Vienes con nosotras? — Consulto haciendo puchero para que su respuesta sea la que espero.

Thomas sonríe de lado para luego tomarme de la cintura y atraerme a su cuerpo, su frente choca sutilmente con la mía provocando que nuestras respiraciones se volvieran una misma.

—No me hagas puchero — Dice entre dientes —Sabes que me encantaría acompañarlas, pero mi presencia es necesaria en esta reunión y lo sabes.

—¿Vuelves muy tarde?

—Jamás, estaré aquí para la cena, como todas las noches, amor.

Hope sale de su habitación vestida con un hermoso vestido blanco, con una franja negra en el medio. Ella no tarda en estirar sus bracitos para que su padre la cargue, este lo hace y lo abraza con fuerza.

Amar No Es Para Gordas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora