Capitulo 6 🌷

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«Decepciones y dolores con final feliz»

Julia

Una terrible tormenta de nieve arrasa con la ciudad, la gente opta por ir temprano a todas las tiendas posibles. El centro comercial es un desastre y no necesito estar presente para aquello.

Alex hace acto de presencia en su apartamento con una bolsa de ropa en su mano izquierda, se acercó hasta mí para dejar un suave beso fugaz.

—¿Se te hizo fácil encontrar mi ropa? — Pregunto cansada —Tengo mi apartamento, un desastre, lamento que hayas tenido que verlo en ese estado.

Alex suelta una risita la cual no entiendo —Tu apartamento está en perfecto estado y de hecho encontrar tu ropa no fue el problema, sino que querrías ponerte.

—Muchas gracias — Sonrió ampliamente.

—Ve a ducharte, cuando salgas te esperaré con café — Me indica sonriendo mientras me entrega la bolsa de ropa.

Le hago caso y me dirijo hacia el cuarto de baño, en donde me despojo de mi uniforme de trabajo. Veo mi cuerpo en el enorme espejo enfrente de la ducha e ignoro rápidamente la imagen que este me muestra, ya que no me encuentro con la energía suficiente como empezar a sentir mis inseguridades.

En cuanto mi cuerpo hace contacto con el agua caliente, siento como mis músculos se relajan por completo, mis pies duelen y mis ojos se entrecierran solos del cansancio. Nunca pensé que cuidar de un hombre ebrio me llevaría tanto trabajo, de hecho, aquello fue lo que termino por acabar mi energía.

Unos treinta minutos bajo la lluvia a pesar de ser demasiados los disfruto, salgo de esta en vuelta en bata de baño que Alex me dejo en el baño y me acerco hasta donde se encuentra mi ropa. Veo que Alex opto simplemente por mi pijama, es uno negro que consta de un pantalón de peluche color negro y una camiseta del mismo color con un dibujo de una chica comiendo una porción de pizza.

Termino de vestirme y me quedo mirando al espejo mientras que por mi cabello pasa el cepillo suavemente. Nunca imagine estar en la casa de un hombre y ahora que lo pienso mucho menos besarlo, han pasado tantas cosas que olvide por completo el hecho de que Alex me beso. Y una parte de mí no sabe cómo llevar la situación con aquel beso.

Salgo del baño y me encuentro con Alex en la cocina, este al verme sonríe y no es algo forzado, es más como un simple reflejo que no puede evitar cada vez que me encuentro enfrente del. Ambos nos vemos obligados a sonreír porque de vez en cuando los nervios hablan más que cualquiera de los dos.

—Pensé que únicamente querías estar cómoda — Da por hecho mientras me entrega una taza de café caliente.

—Muchas gracias por ello — Sonrió aceptando su taza de café.

Ambos nos sentamos en su enorme sofá enfrente de la chimenea, mientras tomamos nuestros cafés un silencio reina la habitación y por suerte no es un silencio incómodo si no uno común. Alex pasa su brazo por mi espalda haciendo que mi cuerpo se pegue al suyo, dejo la taza de mi café en la pequeña mesa delante de nosotros y este hace lo mismo.

—¿Te sientes mejor? — Pregunta mirándome fijamente.

—Algo así — Contesto con pocas energías —Fue un día horrible.

—Deberías poner un límite entre tu jefe y tú — Sugiere con la mandíbula tensa —Creo que se ha sobrepasado y has trabajo más horas de las que debías.

—Es la primera vez que pasa y tiene un motivo bastante aceptable para tomar de más — Doy por hecho mientras le doy un sorbo a mi café.

—¿Cuál sería ese motivo? — Interroga arqueando una ceja.

Amar No Es Para Gordas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora