Capitulo 10 🌷

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«Temor confirmado»

Julia

Todo está muy silencioso a pesar de que nuestras miradas aparentemente suelen comunicar más que cualquier diálogo que podríamos tener. Obviamente, siento una mezcla de nervios y vergüenza, mi jefe prácticamente me dice que no le importa su compromiso cuando está conmigo y ciertamente no creo que haya sido el beso lo que lo haya hecho cambiar de opinión.

—¿Por qué te callas cuando te confieso lo que siento? — Cuestiona Thomas mirándome con mucha atención.

—¿Fue una confesión? — Pregunto estúpidamente —Lo lamento, no sé cómo reaccionar exactamente.

Thomas suelta una delicada sonrisa —Se supone que debes responderme si sientes o no lo mismo que yo.

Literalmente estoy en aprietos, miro mi alrededor intentando encontrar alguna inspiración para que las palabras correctas salgan de mí.

—Usted es mi jefe — Le recuerdo a él y a mí misma —Hace menos de un mes que lo conozco y no creo que ese sea tiempo necesario para confesar tales sentimientos.

—Siempre tan correcta — Da por hecho de una manera muy amigable.

—¿Entonces no estoy en problemas?

—¿Por qué lo estarías? — Cuestiona sorprendido —Que no estés lista para hablar de tus sentimientos no es razón para echarte.

Suelto un suspiro de alivio mientras Thomas guarda respectivamente las cosas dentro del botiquín, no puedo evitar quedarme viéndolo sin que a mi mente llegué lo de ayer. Digamos que me encuentro comparando ambos panoramas y no es muy correcto que digamos. Ambos son dos hombres totalmente diferentes y lo único que tienen en común es creer que sienten algo por mí.

Aun esa pregunta atormenta mi mente constantemente, no puedo dejar de preguntarme él porque ¿Por qué me dan señales de querer algo más? ¿Por qué son tiernos? ¿Por qué me siento segura cuando uno de ellos está a mi lado?

—¿Por qué? — Pregunto captando la atención de Thomas.

—¿Qué?

—¿Por qué me da a entender que desea algo más conmigo?

—No creí tener que explicarlo — Contesta —Pensé que era obvio para ti.

—No lo es.

—Para ponerlo en palabras, eres carismática, bella a pesar de que no te des cuenta y cuando paso tiempo contigo todo lo demás sobra.

Hago silencio tras sus palabras, intento no alivianar la carga en mis hombros y no llorar. Es la primera vez que alguien se da cuenta de que, si importo, para ellos no soy invisible, para ellos dos yo importo y mi corazón aún no sabe que batalla seguir.

—¿Todo bien? — Pregunta con un tono de voz que refleja preocupación.

—Debo ir a clases — Suelto para luego salir a las corridas de la oficina.

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Tras horas infernales de recordar los infinitos nombres de cada medicamento, me dedico a caminar hacia la parada del bus. Mi estómago ruge del hambre, mis pies duelen y mis ojos intentan no entrecerrarse por sí solos.

Una sirena de policías me saca de mi estado zombi y cuando observo mi alrededor me encuentro con que una patrulla me hace señas. Me detengo y está también lo hace, de ella sale una persona uniformada y no me sorprendo al ver que se trata de Alex.

—Julia — Nombra mientras camina hasta donde me encuentro.

—Hola Alex — Saludo un tanto nerviosa.

Amar No Es Para Gordas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora