«Copos de nieve»
Julia
Mientras que con firmeza sostengo mi taza de café, observo como la nieve cae por encima del cristal con lentitud, llevo puesto solo mi pijama gracias a que el fuego calienta lo suficiente todo el espacio, pero a pesar de que ya es de noche ninguno de los dos optamos por otra cosa que no sea nuestros pijamas. Me parece la cosa más hermosa que he logrado ver en toda mi vida la increíble vista que disfrutan mis ojos, siempre pensé que la nieve era algo fastidioso, que me prohibía del disfrute de las cosas. Todo termino cuando las inseguridades se volvieron más intensas y que llegara el invierno se convirtió en mi refugio, ya que no importaba la ropa que usara, nadie notaria el tamaño de mi cuerpo de lo contrario al verano. Este me obligaba a vestir cada vez con menos ropa que dejaba a la luz de todos mis defectos corporales.
Unas manos que se aferran a mi cintura por detrás mientras que su mentón descansa en mi hombro me toman por sorpresa, pero su exquisito aroma me logra tranquilizar. Nunca creí que diría esto, pero realmente adoro pasar tiempo con él.
—Me abandonaste — Comenta susurrando a mi oído —¿Algo te atormenta?
—En absoluto — Respondo con rapidez —Quería disfrutar de esta vista — Sonrió mientras me doy media vuelta y lo observo a los ojos para luego hacer que mis brazos rodeen su nuca.
—No hay paisaje que sobrepase tu belleza, Julia — Dice sin quitar sus ojos de encima de mí —Si lo hubiera, yo mismo lo destruiría por ti.
De inmediato siento como el calor se apodera de mis mejillas y rio de los nervios, pero este no hace más que observar con mucha atención.
—No debes avergonzarte cuando alguien te dice la verdad — Comenta para luego besar la comisura de mi labio —Deberíamos salir un poco, ¿no crees?
—Déjame que me cambie y vamos — Chillo como una niña mientras me conduzco hacia nuestra habitación.
Una vez en ella saco mi ropa más abrigadora del armario, puedo decir que la cabaña es mucho más grande lo que me imagine. Estoy segura de que Alex venía con su familia por el espacio de esta, pero de tan solo pensar en su familia y en la pésima manera que los trae un sentimiento de arrepentimiento inunda mi pecho.
Ese día no tenía mucha paciencia y mis sentimientos comenzaron a nuevamente torturarme con preguntas que capaz nunca tengan una respuesta coherente. Thomas y sus insistencias por hacerme sentir algo que ya siento por otra persona comenzaban a agotarme, sé que fue muy injusto reaccionar así ante sus preguntas, creo yo que sin ninguna mala intención.
Observo mi reflejo en el espejo y me encuentro satisfecha con lo que llevo puesto, tomo mi gorro y bufanda para luego salir de la habitación. Me encuentro con Alex en la sala principal de la cabaña, este toma mi mano y me entrega mi taza de café sin dejar de sonreírme.
La puerta de la cabaña se abre y la violenta brisa golpea nuestros rostros, pero no se siente como algo abrumador sino como algo que te trasmite relajación absoluta y la oportunidad de respirar el frío aire. Ambos nos sentamos en el porche de la cabaña con nuestras tazas de café en mano, él se encuentra a mi lado chocando su cuerpo levemente con el mío mientras que observa cada movimiento que realizo.
—Amo los copos de nieve — Sonrió mientras que mi mano sostiene uno de ellos —Se ven tan pequeños y frágiles que parece imposible que muchos de ellos creen esta belleza.
—El invierno es mucho mejor que el verano, muy pocos lo piensan y nos tachan de locos — Ríe Alex a mi lado.
—También me gusta el invierno — Agrego pensativa —Pero no solo por su belleza, me siento más cómoda cubriendo mi cuerpo de cualquiera manera.
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Amar No Es Para Gordas ©
RomanceEl amor siempre fue algo a lo que me he negado, no tenia pensado de hecho no estaba en mis posibilidades amar a alguien. Siento que el amor debe ser mutuo y si ni siquiera yo puedo amarme a mi misma ¿Como podria amar a otra persona? Acostumbrada a...