Capitulo 8 🌷

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«Algo llamado hacer el amor»

Julia

Afortunadamente, un taxi llego a la puerta de la enorme casa, no dudo en subirme e indicarle al chofer hasta donde tenía que ir. Durante el viaje me doy la tarea de mirar por la ventanilla mientras que interiormente me pregunto qué diablos estoy haciendo con mi maldita vida.

Todo me toma por sorpresa, todo aquello que esté relacionado con el amor. No me encuentro en mi zona de confort cuando de repente Alex o Thomas me dicen algo que me deja sin aliento, porque se me es difícil a acostumbrarme a que alguien me vea linda. Cada vez que alguien menciona que he bajado de peso o que estoy más bonita, una voz interior me asegura que no es así y que no debo ilusionarme en vano.

Aun no comprendo cómo es posible que dos hombres, dos increíblemente guapos, se dan la tarea de coquetearme y besarme. De hecho, aquello llega a asustarme, porque no sabría qué hacer si deciden dejar de besarme e ir directamente al segundo paso. Sexualmente, nunca he estado con ningún hombre y creo que eso será un impedimento para muchas en mi futuro, digamos que no me hago la idea de que alguien me vea desnuda porque ágata me soporto yo misma mirándome en el espejo y simplemente no deseo ni siquiera imaginarme como reaccionaria otra persona o mejor dicho un hombre.

—Hemos llegado señorita — Me anuncia el conductor sonriéndome.

—Muchas gracias — Contesto mientras le pago.

En cuanto salgo del vehículo la brisa helada golpea mi rostro y recorre mi cuerpo, me veo obligada a pasar mis manos por mis brazos intentando recuperar algo del calor corporal. Camino hasta la entrada de mi edificio mientras busco mi llave en mi bolso, mi vista esta tan nublada que ni siquiera puedo diferenciar que hay dentro de este.

De igual manera me decido entrar en el ascensor con mucha valentía, mientras observo como subo los pisos comienzo a sentir un extraño calor por todo el cuerpo y ciertas partes de mi cuerpo se sienten más extrañas de lo común. Mis pensamientos se interrumpen cuando las puertas de abren, camino hacia mi apartamento y aun buscando mi llave en mi bolso me encuentro perdidamente ebria.

Logro encontrar la llave, chillo como una niña, pero a la hora de colocarla en la cerradura todo se complica demasiado. Ni siquiera puedo ver bien la entrada de la llave y de tanto intentar esta cae al suelo.

—Mierda — Suelto mientras me agacho a recogerla del suelo, pero en cuanto levanto mi cabeza termino por lastimarme con el picaporte de una manera demasiado fuerte —Maldita mierda — Vuelvo a soltar un insulto demasiado furiosa.

La puerta detrás mío se abre y no tardo en darme media vuelta, termino por encontrarme con Alex y no se puede ni siquiera negar que se ve extremadamente guapo con su pijama totalmente negro.

—¿Julia? — Pregunta riéndose por mi estado —¿Estas bien? — Interroga mientras se acerca lentamente hacia donde me encuentro.

Mi cuerpo reacciona extrañamente a ese acercamiento y una parte muy oscura de mi desea besarlo hasta que nuestros labios se desgasten. Una corriente recorre mi cuerpo y comienzo a preguntarme porque mi zona intima parece tener una vida propia.

—Si, estoy bien — Contesto sonriendo —Solo que no puedo abrir mi puerta — Rio avergonzada por mis propias palabras.

—Puedo ayudarte — Comenta haciendo que nuestro acercamiento se vuelva más intenso —O puedes dormir conmigo — Susurro a mi oído.

Mi cuerpo tiene una respuesta y mi mente otra, digamos que estoy en un debate interno mientras que el cuerpo de Alex se encuentra tan cerca del mío que puedo sentir como si me encontrara enfrente de una enorme chimenea rogándome que introduzca mi cuerpo en el letal fuego.

Amar No Es Para Gordas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora