«Aroma a Café»
Julia
Un día comienza, tengo una horrible sensación, tengo miedo de cometer algún error en el trabajo. Con los exámenes de la universidad y el estrés de tener que sustentarme por mí misma me está dejando calva, mucho estrés encima de mí y no hago que más que sumar estrés a mi vida.
Me miro al espejo cinco segundos antes de tener que correr hacia la parada del autobús y llegar a mi nuevo trabajo con minutos de retraso. Nada más fastidioso que la impuntualidad, la odiaba y siempre llego una hora o media hora antes de lo acordado a un lugar.
Tras tener que estar media hora eligiendo qué diablos me pondría para mi primer día de trabajo en esta cafetería que parece un restaurante elegante, elijo una remera, mangas largas color rojo junto a suéter color gris oscuro y un jean negro. Arreglo mi largo cabello por última vez y salgo de mi apartamento con llaves y bolso en mano.
—Buenos días, Julia — Saluda una voz masculina detrás de mí y en cuanto me doy media vuelta me encuentro con Alex.
Me pregunto qué diablos hace para estar tan sensual por las mañanas.
—Buenos días, Alex — Sonrió intentando ocultar que me encuentro totalmente impactada por lo bien que le queda su uniforme policial.
—¿Primer día de trabajo? — Pregunta mientras en sus manos sostiene su café.
—Si — Confieso con un suspiro —Espero que sea uno bueno.
—Tengo una idea — Expuso dando algunos pasos hacia donde me encuentro —Por la noche me cuentas como fue tu día junto a unas copas de vino — Sonrió.
No es una cita.
Definitivamente, no lo es y no tengo por qué pensar eso.
—¿Seguro? No quiero quitarte horas de sueño.
—Y volvemos a esa respuesta fría de tu parte — Da por hecho tras una carcajada —Si te estoy invitando es porque no me interesa mis horas de sueño.
Oh por dios.
Realmente es una cita.
—Okay — Contesto mientras disimulo a la perfección que tiemblo como una hoja al viento —No te prometo llegar temprano, pero haré mi mejor esfuerzo.
—Te veo esta noche Julia — Determina sin dejar de mirarme —Te esperaré.
Lo peor de todo es que ahora tenemos que compartir el maldito ascensor, sacando de contexto que es un lugar reducido y me voy a ver obligada a establecer algún tipo de conversación con él. No es que no quiera, solo me siento tan nerviosa cuando estamos solos que no puedo ni articular una maldita palabra.
En mi vida jamás fue de importancia relacionarme con los chicos, ni mucho menos cuando llegue a la universidad. Todos están tan enfocados en sus carreras que ni siquiera prestan atención lo que sucede a su alrededor, aquello me ha ayudado mucho porque soy terrible para relacionarme con las personas, tanto que a veces llego a sentir como mi corazón intenta salir de mi pecho de los nervios.
Ambos caminamos hacia el ascensor y no podemos evitar sonreír ante el hecho de que no sabemos cuál es el más nervioso de los dos. El ascensor llega a nosotros y ambos subimos en este para luego marcar planta baja. Ambos en un espacio muy reducido, uno al lado del otro y sin poder decir ni una palabra.
—¿Hoy no ha venido tu compañera a buscarte? — Pregunto intentando sacar un tema de conversación.
—Oh, no, la cambiaron de patrulla — Me explica mirándome fijamente con esos ojos verdes que te roban el aliento.
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Amar No Es Para Gordas ©
RomanceEl amor siempre fue algo a lo que me he negado, no tenia pensado de hecho no estaba en mis posibilidades amar a alguien. Siento que el amor debe ser mutuo y si ni siquiera yo puedo amarme a mi misma ¿Como podria amar a otra persona? Acostumbrada a...