Capitulo 3 🌷

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«Copas a medianoche»

Julia 

Mi corazón parece querer saltar de mi pecho mientras mi mirada no hace más que fijarse en los ojos de mi jefe. Por dentro me convenzo de que no estoy en Wattpad y que no es posible tener algo con mi jefe.

—Esto es incómodo — Comento tímida.

Thomas se aleja de mí y me permite respirar con naturalidad, mis manos sudaban y puedo sentir como mi rostro se torna rojo por el calor en mis mejillas.

—Lamento si te he incomodado — Emite con un hilo de voz —No era mi intención.

Sonrío incómoda e intento pasar desapercibida.

—No es su culpa, digamos que no estoy acostumbrada al contacto con alguien, no de esa forma — Me defiendo tímidamente.

—La veo mañana, señorita Julia — Me saluda sonriendo —Quiero comunicarle que estoy satisfecho con el trabajo de hoy, espero que disfrute su noche.

—Muchas gracias, señor Thomas.

Veo como este separase tras subirse a su auto elegante, mi corazón se acelera en cuanto me dispongo a subir al ascensor del edificio. Una vez en que ya me encuentro encerrada en el pequeño espacio de metal, comienzo a pensar en que Alex me está esperando, que no sé si estoy lista para estar a solas con él y tal vez mi miedo termine por dejarme completamente sola.

El ascensor se detuvo en mi piso, me doy la tarea de salir de este y dirigirme a mi apartamento, pero la puerta del apartamento de Alex se abre. Veo que se me hace imposible salir de esta situación y me aseguro de esto cuando veo lo que lleva puesto. Viste un suéter beige junto a un jean azul marino, su cabello despeinado y sus ojos verdes totalmente fijos en todo mi cuerpo.

—Hola Alex — Finjo, una sonrisa demasiado forzosa.

—Hola Julia — Sonríe mientras da algunos pasos hacia donde me encuentro —¿Estás lista para esas copas o debo esperar?

Un nudo se instaló en mi garganta, pues mi lado tímido y nervioso odia la idea de tener que estar a solas con un hombre, pero, por otro lado, siento la necesidad de hacerlo. Quiero demostrarme a mí misma que Alex no es como la mayoría, que nunca me lastimaría de ningún modo.

—Me cambio de ropa y en cinco minutos estoy contigo — Le comunico sin dejar de sonreír.

—Conozco esos famosos cinco minutos — Ríe mientras camina hacia su departamento nuevamente —Pero te esperaré.

Entro a mi apartamento y corro a mi habitación, abro las puertas de mi armario para recorrer con la mirada cada rincón de este. Tras muchas vueltas y un poco más de cinco minutos opto por una blusa blanca de mangas largas, un saco de lana largo y un jean claro con rasgaduras. Arreglo mi cabello castaño oscuro, este cae en ondas por mis hombros y mis ojos avellana se encuentran delineados.

Me coloco perfume y me doy la tarea de salir de mi apartamento, respiro hondo cuando cierro la puerta detrás de mí, pero aún más cuando doy los pasos necesarios para quedar frente a la puerta de Alex. Golpeo dos veces y aunque espero muy poco, segundos después veo como Alex abre la puerta sin poder no demostrar que está asombrado, al menos eso interpreto.

—Te ves genial — Emite sin dejar de sonreír.

Me deja pasar a su apartamento y veo que está muy lejos de lo que me he llegado a imaginar. Todo se encuentra muy ordenado con fragancia característica de un hombre, un cachorro descansando en su sofá, muebles de madera y una televisión más grande que cualquier que haya visto.

Amar No Es Para Gordas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora