«Visita inesperada»
Julia
Ha pasado más tiempo del cual me gustaría admitir, aún no comprendo como este pasa tan rápido y ninguno es capaz de darse cuenta de su velocidad. Parece que fue ayer cuando me encontraba hundida por la necesidad de encontrar un trabajo, pero hoy en día me encuentro totalmente cansada no solo físicamente sino también en lo emocional.
Los exámenes no suelen tener consideración de los estudiantes que aparte de tener su cabeza en los estudios también deben trabajar. El ambiente laboral que me encuentro teniendo estas semanas han sido horribles, Thomas nos dejó por algún extraño motivo y es Alexander quien nos manda. Decir que un idiota no califica por completo su personalidad cretina y mandona, creo que ambos entendemos el hecho de que sea el nuevo jefe y que obviamente nos deba mandar. Solo pedimos un poco de respeto y ayuda, porque al parecer no se da cuenta de que somos dos personas para toda una maldita cafetería.
Había tenido varias entrevista con posibles candidatos, pero ninguno había logrado quedar. Realmente le pido paciencia al cielo esperando que alguien pueda dármela, pero mientras más preparo café y fregó los suelos más me convenzo de que necesitamos ayuda.
A pesar de que el día ha sido un maldito infierno, le dedico una sonrisa a cada cliente que cruza por la puerta principal de la cafetería. Con Jacob nos miramos por un par de segundos convenciéndonos de que era momento de cerrar y tener nuestro deseado descanso, así que es el quién se encarga de cerrar el local mientras que yo porto una armadura contra el mal carácter del mal jefe para comunicarle la urgencia de nuevo personal.
Respiro hondo mientras camino hacia la antigua oficina de Thomas, es notoria su ausencia en el lugar y me intriga saber cuál fue el motivo por el cual decidió irse y abandonarnos. Me doy cuenta de que me encuentro enfrente de la puerta de la oficina, así que me dedico a dar únicamente dos golpes ni tan fuertes ni tan suaves.
—Pasa — Habla la voz de adentro del lugar.
Abro la puerta y me encuentro con Alexander observando con mucha atención unos cuantos papeles que sus manos cargan con firmeza, pero ni siquiera tiene la decencia de mirarme a los ojos cuando me encuentro enfrente de él.
—¿Qué necesitas, Julia? — Pregunta aun sin mirarme a los ojos.
—Quisiera preguntarle si ya ha contratado a nuevo personal — Consulto con una sonrisa bien definida a pesar de que él no presta atención a ello.
Mis palabras hacen que este deje su lectura de lado y me mire, posiblemente intente intimidarme y aunque parece tener un efecto en mí no pienso demostrárselo.
—No, aún no he encontrado personal calificado — Contesta haciendo evidente su mala manera de hablarle a las personas.
—No es necesario encontrar personal calificado, yo no lo era cuando entre y Jacob me enseño todo lo que sé — Emito seria —Es urgente que encuentre más personal, no podemos estar atendiendo a toda una cafetería nosotros dos solos.
Alexander escucha mis palabras mirándome fijamente para luego levantarse de su asiento y caminar hasta donde me encuentro, retrocedo unos cuantos pasos gracias a que su mirada logra intimidarme más que nunca.
—Creo que mi hijo te ha acostumbrado a soportar tus insolencias solo porque le gustas — Objeta sorprendiendo —Pero yo no soy mi hijo y yo no permitiré esa clase de comportamiento.
—Nunca le he faltado el respecto — Determino seria —Ni a usted ni mucho menos a su hijo. He hecho todo lo que se me ha pedido, llego temprano, termino tarde y mi paga es siempre a misma sin mencionar el poco personal y las horas extras.
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Amar No Es Para Gordas ©
RomansaEl amor siempre fue algo a lo que me he negado, no tenia pensado de hecho no estaba en mis posibilidades amar a alguien. Siento que el amor debe ser mutuo y si ni siquiera yo puedo amarme a mi misma ¿Como podria amar a otra persona? Acostumbrada a...