XI

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Júpiter.

La molestia me la notaron todos a leguas, entonces decidí encerrarme en mi oficina para distraerme con dispositivos de rastreo y micrófonos para los operativos. Creo que esta situación me enfurece más a mí que a Natasha.

La deseé desde que era novia de Logan, yo era un perro callejero y ella un filete jugoso. No me notaba, para ella era una equis, un cero a la izquiera, un lápiz blanco en la caja de creyones... Irrisorio.

Cuando se alejó de Logan, busqué una excusa para irme yo también y le pedí trabajar con ella, cosa que claramente aceptó.

Al sentirse deprimida por una necesaria decisión que tomó, me tocó estar para ella en toda circunstancia, y de un momento a otro me aproveché de eso para follarmela, obvio. Está demasiado buena, yo llevaba varios meses deseándola y no perdí oportunidad cuando ví ese mango bajito, como diría Julieta.

El placer carnal es mutuo y aunque Logan Presley me pagaba el triple de lo que gano ahora, no me arrepiento de venir aquí y jamás lo haría. Supongo que el trato de la mujer hacia a ti no depende de si le das flores, cartas y bombones, sino depende de como le das en la cama. Porque aunque yo era la mano derecha de su ex en las cuestiones de negocios, ella me volvió su mano derecha para las decisiones.

Si ella no está o no le da la gana de trabajar, yo soy su sustituto. Así que sí, asciendes si te coges a tu jefe y sacas un diez si se la mamas al maestro, así funciona todo.

Su fanatismo por las mitologías es algo que admiro, todo lo que hace con amor es porque está pensando en la vida de Zeus o en su hermana, son las dos únicas razones que sé.

Todos en la DHV tienen seudónimos alusivos a los libros que a ella le gustan, a diferencia de mí, mi verdadero nombre sí es Júpiter. Al menos los otros tres integrantes me conocen así... En los actos placenteros me llama Asmodeo, que en una variedad de religiones lo consideran como el demonio del placer carnal y la lujuria.

Me impacienta saber que volverá a ver a Logan porque él sigue enamorado de ella, y ella... Lo niega, pero es algo que pongo en duda. El poder de convencimiento de Logan es algo que nadie se atreve a subestimar, odio la idea de que vuelva a caer en sus redes y se entregue a él otra vez. No me importa si lo hace en alma, pero sí si es completamente en cuerpo. Porque no estoy aquí porque me guste el trabajo o porque gano millones de euros, sino por su coño adictivo que me encanta saborear y arremeter contra él cuando le separo las piernas.

No me importa que Federico le haya dado por el culo o que Ignacio se la haya cogido durante casi tres malditos años, solo me importa el que Logan no le ponga un dedo encima.

Le lanzo un puñetazo a la pared al darme cuenta de que si me encierro, mas pienso en ella y me imagino cosas que no quiero, en definitiva; mi propia mente es mi peor enemiga.

Mis piés se mueven por inercia a la sala de interrogatorios. La luz está apagada, así que la enciendo y agarro a la mujer por el nacimiento del cabello. Solo le hemos suministrado agua para que muera lentamente.

Hace un vano intento por abrir los ojos, tiene uno morado y al otro le echamos pegamento en las pestañas, su respiración es dificilmente pesada y sus manos están sin atar, pero eso no es ningún peligro para nosotros porque Julieta se ha encargado de maltratarlas lo peor posible.

—¿Me vas a decir donde está la mujer de tu amante?

Su silencio es abrumador, le tuerzo la muñeca derecha y está tan débil que ya ni gritar puede. Sus cuerdas vocales solo emiten un pequeño chillido.

—Anthoaneth ya sabe que Dorotea era la amante de Federico —Entra Julieta con un móvil en la mano—. La estuvo llamando para buscar consuelo y al preocuparse porque su amiga no aparecía, le rastreó el teléfono y adivina dónde estaba.

Danger high voltageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora