Please don't leave me

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No suelo preocuparme por las personas que no se preocupan por mí.

Pero está esa estúpida conciencia que me hace querer saber cómo están, una pequeña parte que quiere sentir que le importas a esas personas.

Me dejé caer de rodillas en el piso tras escuchar las palabras de una voz rasposa en el teléfono.

Cheryl no tardó dos segundos en hacerse a mi lado preguntando si estoy bien, dispuesta a ayudarme con cualquier cosa que hubiera pasado.

"Atentado en el hospital central de Riverdale: 0 sobrevivientes"

Como odio los titulares de este pueblo.

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Finalmente, todo ocurrió: soy la chica sin familia, sin hogar, con mil millones de tragedias.

Y quedarme con ella resolvería 999.999.999 de ellas.

La noticia se expandió por todo el país, llegando a oídos de mi padre y familia paterna; ello se preocupan un poco más por mí, pero no quiero dejarla. La única persona que me mantiene cuerda.

Repasemos los hechos:

1. La cosa que me tiene en este pueblo es exclusivamente ella.

2. Sería idiota no irse con todos los peligros que ocurren todos los días.

3. Nadie estaría para protegerla y cosas peores de las que han pasado podrían ocurrir.

4. Mi papá nunca aprobaría que la llevara con nosotros.

5. Su madre nunca aprobaría que se fuera con nosotros.

6. Los Blossom son un objetivo a nivel mundial.

7. Creo que pasando por el centro vi un cartel con el precio por la cabeza de 'La Dalia Roja'.

8. No hay manera en el infierno de que la vaya a dejar aquí sola.

9. Tengo 24 horas para terminar de empacar mis cosas antes de que vengan a recogerme para empezar todo ese cliché de 'chica nueva y misteriosa, que quiere evitar a todos y aún así no logra pasar desapercibida'.

10. Mi vida está aquí.

11. Mi vida es ella.

-Toni -salí de mis pensamientos, estaba temblando tirada en el piso, con Cheryl agitándome por los hombros-. ¿Estás bien?

- Am... -limpié unas lágrimas bajo mis ojos-, hubo... hubo un atentado en el hospital. Mi papá vendrá a recogerme mañana.

Noté en su mirada que se derrumbaba por dentro.

Ha pasado por tanto que no es justo que yo también la vaya a abandonar.

Soy lo único que le queda, tiene tantas ganas de tirarse de un quinto piso como yo. Pero no lo hace. Se queda. Por mí.

-Te ayudaré con tus maletas -fingió una sonrisa, podrá engañar a todos, incluso a ella misma, pero yo no caigo tan fácilmente.

Estuvimos en silencio el resto de su cumpleaños, no quería mirarme a la cara.

Sé que entendía que no había manera en el infierno de que pudiéramos estar juntas.

No es amor prohibido.

Tampoco amor limitado.

Estar con ella es amor de esos que siempre anhelas tener, pero en el fondo sabes que por más que lo desees, no habrá final feliz.

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Todavía, en las pocas veces que hicimos contacto visual me miraba con amor.

-Sabes que te amo, te amaré toda la vida -me abrazó después de acostarnos a dormir sin sueño-. Eres la primera persona de la que me enamoré -dije en su oído-, siempre tendrás un lugar en mi corazón.

-Lo sé -se notaba en su voz que quería llorar-. Yo también te amo ¿sabes?, no fuiste la primera persona de la que me enamoré; pero te puedo jurar que nunca había sentido la vida como la siento cuando estoy contigo. Me haces feliz de maneras inimaginables. Y por eso estoy segura de que no pasará un momento en el que no esté ansiosa de verte otra vez.

Me besó con la sensación de que sería el último beso que me daría en mucho tiempo. 

Nuestras lágrimas también hacían parte de esa última vez que compartiríamos.

La desvestí sin prisa, quería perderme en su piel por el mayor tiempo posible.

Sus toques en mi espalda me hacían erizar la piel.

El sabor de cerezas que suele tener su boca no estaba ahí, no es lo usual, pero aunque sea, la última vez que estaría con ella sería auténtica.

Pude sentir sus latidos, veloces, también quería que el momento nunca terminara. 

El aire caliente dejaba su boca para golpear con mi cuello.

Todo su cuerpo se movía en perfecta sincronía con el sonido de nuestros sollozos.

Esos dedos ágiles me reclamaban como si fuera alguna obra de arte, se introducían en mí, conocían el camino y los lugares precisos para que me aferrara con más ganas a ella.

Me abrazó y lloraba en mi pecho al mover sus caderas junto con las mías.

-No tenemos que hacer esto si no quieres -logré gesticular al sentir que su respiración volvía a ser un poco más relajada.

-¿Estás loca? -reía entre las lágrimas-, lo único que quiero eres tú.

Y así, Cheryl me besó, una y otra y otra vez. Y con cada respiración que compartimos, mi corazón cantaba con cada latido... te amo, te amo. Te amo.

Mis manos también tomaron las suyas para bajar lentamente, sin dejar un espacio descubierto. noté que se estremeció un poco al besar sus muslos; con la poca iluminación me di cuenta de que también tenía estrías, ¿cómo fue que nunca me di cuenta de eso antes?

-Déjame besar cada parte de tu cuerpo hasta que la ames tanto como yo.

Asintió sin dudarlo y relajó el cuerpo hasta hundirse entre las sábanas.

Mi lengua se perdía en sus pliegues, haría cualquier cosa por nunca olvidar su sabor.

La acerqué lo suficiente para que sus brazos rodearan mi cuello, y jamás me soltó otra vez.

La abracé hasta que se hizo de día, y fue ahí, al dejar de sentirla, cuando me di cuenta de lo mucho que había perdido.

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Me despertó con una sonrisa, esta vez era genuina.

Arreglamos la casa con una que otra canción para bailar.

También hicimos su maleta, una vez que me fuera no habría motivo para que no regresara Thornhill, donde seguramente no la esperarían de buena manera.

Le presenté a mi papá, siempre esperé que se conocieran en otras circunstancias. Él entendió que era mi novia y lamentó el no poder llevarla, claro que no sabía todo el desmadre que pasaba con su familia en ese mismo momento.

Nos dejó un tiempo a solas en la casa mientras esperaba en el auto.

En el umbral de la puerta, mirándola a los ojos y conteniendo mi llanto, le deseé la mejor de las suertes en todo lo que viniera para ella.

-Hasta que nos volvamos a encontrar -me dijo con una sonrisa en la cara.

La besé por vez última, y aunque su boca dijo una cosa en su mirada claramente se podía ver que me quería decir "por favor, no me dejes".

Aún no es demasiado tarde {CHONI}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora