If it could rain forever

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Asesinato de tres de los miembros más importantes de la familia Blossom deja de luto a los sobrevivientes de esta catástrofe y una incógnita para los medios.

Este era el titular de casi todos los periódicos en el estado.

Cheryl y Penélope tuvieron que encerrarse en Thistlehouse, no recuerdo cuanto tiempo fue, pero todavía no han capturado al asesino.

Mi mamá estaba en un coma inducido, aunque fuera a visitarla todos los días todavía tendría que volver a casa a estar sola.

Llovía.

Era un sábado, tres de la mañana.

Normalmente cuando llueve ella no viene, en esta ocasión esperaba que tampoco lo hiciera; pero dejaría un mensaje o me llamaría hasta que saliera el sol.

Nada.

Tres y media.

No sé por qué seguía despierta, me puse a acomodar las almohadas y dormí por un rato.

Sentí algo golpear la ventana, sería la lluvia, a estas horas siempre llueve más fuerte.

Ese sonido otra vez.

Me puse zapatos y abrí la ventana con dudas.

Me sorprendí de verla ahí, con un ramo de girasoles; nunca me había llevado flores.

Iba a abrirle la puerta pero me detuvo. No sonreía, no esperaba que lo hiciera.

-¿Quieres... bailar? -si no estoy mal ella estuvo llorando, pero llovía, estaba nublado y yo soy medio ciega.

Asentí.

Carol of the Bells comenzó a sonar y retumbaba al chocar con las paredes.

Se ofreció a tomar mi mano cuando inició la melodía.

¿Quedar dormidas abrazadas?

¿Qué es eso a comparación de percibir la música de la misma manera que tu pareja?

Se movía con gracia, tomándome con fuerza y mirándome a los ojos.

Sus manos se posaban en mis caderas, firmes, no se equivoca en ningún movimiento.

Puedo notar en lo profundo de su alma que quiere llorar tanto como yo, que ya está harta de todo el mundo.

Y aún así bailaba bajo la lluvia conmigo.

El sonido del violín inundaba todo el espacio.

Me levantó en el aire, dábamos vueltas, llorábamos en silencio. Juntas.

El aire gélido también chocaba con nuestros cuerpos.

Era una danza de fuego y hielo.

Se me erizaba la piel al verla sufrir frente a mi y saber que no podía hacer nada.

Comenzó a detallar mi cuerpo en cada oportunidad, recorría mis curvas y chocaba con mi espalda. Sentir su respiración golpear mi cuello me hizo arquear la columna, lo que aprovechó para convertirlo en otro movimiento de baile.

Aún no es demasiado tarde {CHONI}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora