You Thought I Forgot?

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¿Hace falta decir que no estuvo ahí en mi cumpleaños?

Envió con un mensajero una cadena de oro rosado que uso todos los días.

Pero no hay nada como estar con ella otra vez.

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Pasé mucho tiempo recapacitando sobre como sería mi vida con toda esta cantidad de oportunidades.

No quería pasar mis años más cogibles siendo cogida por la depresión o la ansiedad.

Sólo mirando por la ventana.

Aunque podría hacerlo si quisiera.

Pero lo único que quiero hacer es abrazarla.

Sentirla...

Habían pasado algunas semanas desde que... pasó todo esto.

Tenía razón...

Por supuesto, siempre la tiene.

...No la he encontrado en ninguna parte, Joe se queda callado. Eloise ni siquiera sabe quién es.

¿Cómo demonios no sabe quien es Cheryl Blossom?, ella es la perfección encarnada.

Y me quedé estancada en ese bucle por varios años.

Nunca la superé realmente, pero hice las paces con mi dolor.

Habían muchos ejemplares de Mamma Mia, Ocean's 8, Grease, Miss Simpatía y Maestras del engaño.

No olvidó esa cita en la que vimos la gran mayoría de ellas.

Claro que no lo olvidó, ella te ama.

Si en verdad me amara no habría mandado lejos...

Faltaban dos años para que se acabaran todos estos maravillosos lujos.

Prácticamente terminé con la librería, hice anotaciones en todos los libros, o en las partes que me recordaban a ella.

Repasé todo el catálogo de las plataformas digitales unas tres veces cada una, y todavía no había nada interesante.

Ese día era veintidós de enero.

El sexto aniversario de nuestra 'relación'.

Me encontraba en la sala, armando un rompecabezas con la música a todo volumen y bebiendo una limonada cerezada, como en nuestra primera cita oficial de catorce de febrero.

Las ventanas abiertas para que entrara el aire helado de invierno y llenara mis pulmones del mismo aire que ella estaría respirando en alguna parte del mundo.

Toda la gente de alguna manera me decepciona, por eso no hay mucha vida social por aquí que digamos.

La carrera de ingeniería es mil veces más complicada de lo que yo imaginaba de pequeña, pero hoy nada de eso importa.

Carol of the Bells comenzó a sonar cuando tuve que cerrar las ventanas porque comenzó a nevar.

Recorrí toda la casa bailando y llorando, quería imaginar como sería tenerla junto a mí bailando.

La canción terminó y me di cuenta de que seguía sola en ese inmenso apartamento.

Sentía miedo, cómo si la próxima vez que vea a alguien me va a juzgar por todos mis pecados.

Ese latido veloz que siento cada vez que estoy nerviosa.

El mismo latido que me dice cada vez que bombea que vaya.

La encuentre.

Pero mi parte racional, el cerebro, sabía que jamás sucedería.

No la volvería a encontrar en la vida, o aunque sea en muchos años.

Tomé casi tres jarras de esa dulce bebida hasta que estuve asqueada y abrí una botella de vino

Nunca me gustó beber en realidad, pero quería dejar que el sabor me embriagara por algunas horas, así no tendría que sufrir su ausencia.

Abrí las puertas del balcón y la nieve golpeó mi cuerpo con fuerza. Comencé a tiritar y sé que los labios se me comenzaron a tornar azules.

¿Qué pasaría si salto?

No.

Tengo que estar viva para cuando la vuelva a ver.

Pero, ¿cómo se siente?

Tengo que dejar de sentirme presionada por mi subconsciente.

Me retiré lentamente pensando en lo devastada que se sentiría si fuera a mi funeral, sabiendo que me alejó en los últimos momentos.

Tomé un poco de Sprite para calmar el dolor de cabeza que esos tres tragos me habían provocado.

Y seguí alternando entre vino y Sprite hasta que terminé tres botellas de cada uno.

¿La verdad?, estaba más muerta que viva por pensar que Cheryl era más protagonista de mi vida que yo.

Pero ella me compró.

Me mandó lejos.

Sin importarle nada.

Me valió madres lo que tenía para pensar ella en mi funeral.

Volví a abrir la ventana del balcón, decidida a saltar.

Miré hacia abajo, una última vista de lo que fue mi vida.

¿Les he contado que mi vida es una jodida película?

Cheryl Marjorie Diosa Apoteósica Blossom en persona estaba escalando con un arnés por el edificio.

Ahí estaba ese latido veloz otra vez.

Me desmayé y sentí que caía.

Al menos la pude ver por última vez...

¿Desperté en el cielo o en realidad ella está aquí?

-¿En serio pensaste que olvidaría nuestro aniversario? -volteé la cabeza y miré el reloj digital.

Tres de la mañana de un sábado veintitrés de enero.

Como la primera vez que trepó por mi ventana sin importarle nada ni nadie.

Me volví a desmayar.

Aún no es demasiado tarde {CHONI}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora