—¿Qué pasa?— fue lo primero que pudo decir Chris al subir al auto.
La señora Lee encendió el coche y comenzó a ver nerviosamente por lo espejos para poder salir.
—Felix está teniendo un ataque de pánico, o de ansiedad, como quieras decirle— dijo, de forma rápida, mientras manejaba intentando no acelerar tanto como quería—. De pequeño solía tenerlos— añadió por lo bajo.
Chan recordó en su cumpleaños, cuando Felix se había puesto raro y habían tenido que salir afuera para calmarlo un poco.
De alguna forma, creyó que su novio estaría así de nuevo, sin entender muy bien toda la preocupación.
Minutos después ya estaban de regreso frente al consultorio de la fonoaudióloga, la señora Lee se estacionó de forma brusca, bajando del auto rápidamente, seguida de Chan.
Tocaron la puerta hasta que esta se abrió, dejando ver a la misma joven mujer pero con una expresión de gratitud en el rostro, comenzó a hablar aunque apenas la escucharon.
—... Se encerró en el baño y no logro que quiera salir— fue todo lo que Chris pudo retener, al escuchar sollozos provenientes del baño.
Entró apresurado, esquivando a la chica.
Se agachó frente a la puerta, probó girar la perilla pero estaba cerrada desde adentro.
Escuchó a Felix llorar y quiso tirar esa puerta a patadas.
La señora Lee llegó a su lado, se había quedado unos segundos calmando a la fonoaudióloga, quién se veía asustada por lo que había pasado.
La mujer tocó la puerta suavemente, hablando de forma calmada.
—Lixie, soy yo, todo está bien, querido— su tono cariñoso hizo que el llanto se calmara un poco—. Lixie, ¿me abres la puerta, por favor?
Por un momento, Felix pareció pensarlo, ambos escucharon unos bajos intentos de hablar del otro lado, pero que no formaron ninguna palabra y sólo hicieron el llanto volver.
La señora Lee ahogó un sollozo, le destrozaba imaginar lo mal que podía estar su hijo, se mordió su labio inferior, que había comenzado a temblar.
Chris tomó aire, antes de hablar lo suficientemente alto para que Felix pudiera escucharlo claramente.
—Bebé, soy Chan, ¿estás bien?
Pasó un segundo antes de escuchar que Felix se había acercado a la puerta, aunque no dijo nada escuchó la agitada respiración de su novio que intentaba calmar su llanto.
—Lixie, quiero verte, ¿abres la puerta, bebé?
Escuchó el chasquido de la traba al ser quitada, el picaporte se movió un poco, aunque apenas tembló, escuchando el llanto de Felix crecer un poco.
—Está bien, Lixie— se apresuró a hablar Chan—. Abre, por favor.
Con el corazón acelerado, Chris esperó con miedo hasta que la puerta se abrió.
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