✧ Noventa y siete ✧

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Chan lloraba porque no entendía.

¿Cómo alguien podía no amar a Felix?

¿Cómo podría haber gente que seguía tratándolo mal?

En esa escuela estaba a salvo, o así debería, pero tenía que aparecer aquella mujer que seguía tratándolo de hijo cuando ella no era una madre para él.

Y en parte, sentía que era su culpa, después de todo, esa era su madre.

De ser otra persona, con otra familia, si Felix no fuera su novio, esto no le hubiera pasado.

El problema había empezado con él.

La señora Lee posó una mano en el hombro del mayor, nunca lo había visto así, estaba más que sorprendida y le dolía también.

—¿Quieres que los dejemos un rato solos, Chan?— ofreció, aunque el chico no pudo responder entre su llanto, Felix asintió por ambos.

Los demás abandonaron la oficina del director, y se escuchó algo de hacer una denuncia antes de que las puertas de cerraran.

—Bebé...— Chan se escuchaba roto, Felix se preocupó en demasía por él, sus brazos apretaron alrededor del cuerpo de su novio—. E-en serio lo siento... En serio no creas lo que dice, bebé, por favor.

Felix negó.

No lo ha-go.

—Te amo en serio. Y es de lo que estoy más seguro en toda mi vida, y-yo no te dejaría, bebé...

L-lo sé, Chan— murmuró Felix, en un intento para que dejara de hablar, sólo lo hacía peor.

—Esa mujer está loca en serio, F-Felix— dijo, el llanto cortaba sus palabras—. Te lastimó, te podría haber ma-tado si quería...— Chan era interrumpido por hipidos.

Felix negó, eso era algo que él no permitiría.

Nada podría separarlo de ese mundo y Chan.

—Fue muy peligroso, amor... E-es un peligro estar de cerca de ella y temo que se metió contigo por mí culpa.

Felix negó, tenía un mal presentimiento de eso.

—Felix, t-te amo, y quiero alejarme para que esa tipa no te haga daño de nuevo...

No— Felix sonó contundente, y los ojos de Chan lo miraron sin poder decir nada—. No quiero— añadió—. Eres li-bre, ella no es na-die... S-somos no-sotros los que deciden... No me dejes— rogó, su voz se quebró y sus ojos se nublaron.

—Felix... También quiero ir a golpearla, porque no te mereces... No te voy a dejar, bebé, no podría...

Eres un idio-ta— lo golpeó en el pecho, antes de borrar sus lágrimas.

—Hasta que te sale insultar bien, amor, estoy orgulloso— dijo, dejó un corto beso que Felix no respondió, antes de comenzar a dejar aún más y más largos que el menor comenzó a seguir con cariño.

—Hasta que te sale insultar bien, amor, estoy orgulloso— dijo, dejó un corto beso que Felix no respondió, antes de comenzar a dejar aún más y más largos que el menor comenzó a seguir con cariño

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