𖦹 Veintitrés 𖦹

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Al regresar con los abrigos de los dos, las miradas estaban puestos en ellos, y para que los vieran, luego de ayudarlo a colocarse su abrigo de saco, Chris besó un momento los labios de Felix, quien se ruborizó completamente y escondió su rostro en su abrigo, mientras el rubio tomaba su mano y salían por la puerta delantera, a la vista de todos los demás.

Afuera, Chan rodeó los hombros de Felix con un brazo, en un abrazo firme.

—¿Te dijeron algo?— preguntó el castaño, Felix dudó un momento, para luego negar—. Lixie, sobre dijeron algo que te dolió dime quién fue y lo destruiré.

El castaño menor río por el tono tan serio de su novio.

—M-Me enojé— confesó, luego negó un poco—. No impor-ta.

Chris suspiró, frotando su rostro con su mano libre.

Se sentía molesto porque alguien había molestado a su bebé, y por un momento vió todos los autos estacionados, con ganas de rayar a todos y cada uno con algunas palabras obscenas, sólo por hacer algo pequeño y no tan malo como golpear ancianos.

Se sentaron en el frente de la casa, donde un bajo miró de ladrillos, de un poco menos de un metro de alto bordeaba la entrada, sentándose sobre este.

—Sabes que te amo sobre cualquier otra cosa en el mundo, ¿no, Felix?— murmuró Chris, haciendo que el chico lo mirara, las pocas luces del alumbrado público parecían brillar en el reflejo de los ojitos de Felix, haciendo que se vean mucho más bonitos—. Te amo y eso vale mucho más que la palabra de cualquier vieja quejosa.

Felix rió un poco, sonriendo, para mirarlo con agradable, asintió.

—Lo sé— murmuró—. Tam-bién te amo— añadió, haciendo a Chris sonreír, sintió más ternura cuando notó que su novio había acompañado las palabras con las señas, y había dejado los dedos pulgar, índice y meñique extendidos por más tiempo.

Con cariño, Chris tomó sus manos, acariándolas un poco, sintiendo lo regordetas y suaves que eran, tomando ambas, dejó besos en ellas, hasta que Felix rió por aquello.

—Siempre me pareció muy lindo cómo hablabas, Lixie— dijo el castaño, refiriéndose a las señas.

Felix se ruborizó, sin saber cómo responder.

—Me enamoré mucho de todas esas palabras que no podía entender— continuó su novio, acariciando sus manitos—. Y amo tu voz también, Lixie, pero las señas siempre tendrán su lugar en mi corazón, entre todo lo que amo de ti.

Felix se mordió el labio, sintiéndose cálido por esas palabras.

—No va a lo que iba, pero fue lindo decírtelo— Chris sonrió un poco más—. Ya que esta es una fiesta de cumpleaños, por más que no sea la fecha aún, quería darte mi regalo.

Chris soltó las manitos de Felix para buscar en el bolsillo interno de su campera, amplio, y había entrado perfectamente la caja envuelta en papel de colores pasteles.

Se la entregó a Felix, quien estaba con los ojos expectantes.

La abrió con más cuidado del que hubiera querido, hasta terminar viendo la caja con la foto de la cámara instantánea, de un lindo tono amarillo claro, sonrió ampliamente, la dejó sobre su regazo para abrazar a Chris como agradecimiento.

—Hey, hay más— dijo Chan, palmeando un poco su brazo, haciendo que se separen—. Cierra los ojos— pidió, Felix obedeció.

Frunció un poco el ceño y sintió su corazón acelerarse cuando Chan tomó su mano de nuevo, sintiendo que acomodaba algo en su dedo.

—Ya abrelos— dijo el castaño, Felix miró directamente hacia su mano, donde ahora un anillo plateado y algo grueso, con una bonita piedra oscura, descansaba en su dedo.

Seguido de eso, Chris alzó su mano, mostrando el mismo anillo.

—N-No quiero que lo tomes como que nos estamos casando a tan corta edad y e-eso, pero...

Felix miró al castaño, totalmente ruborizado, que despeinaba y peinaba su cabello con nervios, sin saber qué decir.

—Q-Quería compartir algo contigo— dijo Chris, bajo, se mordió un poco el labio inferior a sintiéndose avergonzado.

—Me en-canta— dijo Felix, sonreía tan ampliamente que apenas podía verlo por lo pequeño de sus ojos.

Chan sonrió, no sabía qué más podía esperarse de Felix, sabía que su amor era mutuo, sus nervios eran injustificados.

Y sin más, compartieron un cariñoso beso, sin importarles -sin ni siquiera pensar- en la mirada de algunos curiosos por la ventana de la casa.

Y sin más, compartieron un cariñoso beso, sin importarles -sin ni siquiera pensar- en la mirada de algunos curiosos por la ventana de la casa

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