En el comedor se acomodaron al menos diez invitados, la mayoría gente mayor de cuarenta, que Chris asumió como tíos, otros parecían más mayores.
El castaño saludó con educación a todos los presentes, a salvo de un chico joven, demasiado alto para su gusto, que fue el único en pararse a recibirlo con un abrazo muy confiado, y que comenzó a hablar con Felix, con una gran sonrisa, luego se saludarlo de la misma manera, él fue el único en hablarle.
—¡Lixie! Mamá me dijo que recuperaste tu voz.
Felix asintió con una mirada tímida.
—Pero dí algo— el chico rió por eso.
Felix frunció un poco sus labios, sin saber qué decir, encogiéndose de hombros, habló bajo.
—¿Algo?
—Awww~ es adorable, como imaginaba— el chico fue a apretar sus mejillas, pero se apartó—. ¿Con tu novio eres así de arisco?
—La verdad que sí— se metió Chan en la conversación, un poco molesto de que aquel desconocido le estuviera hablando de tan cerca a su novio.
El chico lo miró de arriba a abajo, asintió con una pequeña sonrisa.
—Tienes un buen gusto, primo— dijo.
—¿Primo?— repitió Chris, sintiéndose estúpido.
Felix rió un poco, señaló al chico alto frente a ellos.
—Lee Tae-Yong— dijo el castaño—. Hi-jo de YoungMi.
Chan no se lo esperaba, aquel chico no se parecía nada a la tía YoungMi.
—Niños, ¿se sientan?— la susodicha habló en tono brusco, evidentemente estresada por la cena, obedecieron sin quejarse.
La mesa cayó en un incómodo silencio rápidamente, que sólo creció cuando la comida llegó.
Chan sentía las miradas sobre él, evidentemente incómodo, se inclinó un poco más a Felix como para protegerse, aunque el castaño parecía estar igual que él.
—Y, ¿cómo le va a YongBok con su problema?— habló una mujer, de al menos sesenta años, sentada en una punta de la mesa, mirando a la señora Lee.
—¿Qué problema?— preguntó la madre.
—Ya sabe, de su habla— respondió la señora.
Su madre se giró hacia su hijo con una sonrisa orgullosa.
—Lixie, ¿quieres responderle a tu tía?
Felix quería irse, que la tierra se lo tragara o algo, se encogió un poco en su asiento.
Chan apoyó su mano sobre la de él, en señal de apoyo.
El gesto no pasó desapercibido por los presentes.
—E-Est-toy b-bien— murmuró el chico, bajo, haciendo que el silenció volviera unos segundos.
—Bien— dijo, la misma señora, tomando de nuevo sus cubiertos para cortar algo se carne en su plato—. Al menos habla— murmuró.
Chris tuvo ganas de levantarse y golpearla, pero permaneció callado.
—¿Y quién es tu amigo, Lixie?— preguntó otra mujer, estaba más conservada que los demás pero se notaba su esfuerzo.
La señora Lee río por lo de “amigo”.
—Soy Bang Chan— dijo el castaño, sin darle tiempo a Felix de hablar, a pesar de que había abierto la boca—. Y soy su novio.
La mesa volvió a caer de nuevo en silencio, los presentes parecieron confundidos con la parte de “novio”.
Un pesado suspiro hizo que Chris mirara un momento a un señor, sentado frente a él.
—Cómo cambian las cosas— lo escuchó murmurar.
—Son los jóvenes de ahora— dijo la primera señora, Chan le miró mal.
—Por supuesto— escuchó decir a TaeYong—. La homosexualidad es una moda de los tiempos modernos, la heterosexualidad es de cavernícolas— añadió.
“Como ustedes” quiso agregar Chan, pero calló, intentando disimular su sonrisa.
Escuchó a la tía YoungMi reír.
El chico se ganó unas cuántas miradas, aunque su comentario sirvió para matar la conversación.
Felix se sentía agradecido, prefería un silencio incómodo antes de que una charla aún más incómoda.
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