✧ Setenta y uno ✧

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Al cuarto día sin medicamentos, ya con fiebre y dolor de cabeza, a Felix lo internaron en el hospital.

A su llegada lo primero que hizo fue otra de sus tomografías.

—Una enfermera te espera afuera con la ropa de hospital, Felix— le anunció el doctor, su voz surgía de un pequeño parlante en un rincón de la sala—. Chan estará allí también, tranquilo.

Suspiró dejando salir el aire que sin darse cuenta estaba reteniendo.

La sala de tomografías daba a una pequeña habitación antes de salir al pasillo, y tal como le había dicho, una mujer de uniforme y su sonriente novio, lo esperaban.

Él seguía con la bata que le daban para la tomografía y la enfermera le alcanzó una bolsa de plástico con ropa de paciente, se marchó sin más.

Felix vió con cierta inquietud la ropa en la bolsa.

—¿Te ayudo?— ofreció Chris, acercándose a él, apoyando sus manos sobre las de Felix, quién aún sostenía la bolsa.

El peligris negó.

Sé cómo ves-tirme— dijo.

—Ya lo sé— dijo, su tono era algo pícaro, pero su sonrisa era más melancolía.

Felix rió bajo, sintió los labios de Chris sobre su mejilla.

—Te noto preocupado, bebé— dijo el rubio—. Tranquilo, estoy a tu lado.

El peligris asintió ligeramente.

Da-te la vu-elta— pidió.

—Lixie, ya te he visto desnudo— dijo Chan, con una ligera risa, pero Felix lo miró con el ceño fruncido, obedeció.

Escuchó el sonido de la ropa moverse mientras se cambiaba y finalmente, Felix tocó su hombro para que se girara.

Chan vió el conjunto blanco del chico y no pudo evitar sentirse un poco mal.

Extendió su mano hacia él, Felix la tomó en seguida y ambos salieron al pasillo, donde la señora Lee abrazó a su hijo y besó su frente, felicitándolo por ser tan valiente.

—El doctor dijo que ya programó la cirugía— dijo, su tono era suave—. El tumor ya es operable, en dos días no tendrás que preocuparte por nada.

Felix sonrió por obligación, no quería saber nada de aquello.

La idea de una cirugía lo inquietaba, tenía un amargo mal presentimiento.

Una enfermera de acercó a ellos, cargando unos papeles y guiándolos con una sonrisa amable hacia la habitación donde se quedaría.

Felix no quería ser encerrado entre esas cuatro paredes blancas, sentía que en algún momento se volvería loco de tanto blanco.

Se molestó cuando no lo dejaron salir, pero se calmó un poco cuando Chan dijo que se quedaría todo el tiempo con él, y se acomodaron ambos en la camilla.

Se relajó con el olor y las caricias de Chris, con la mejilla apoyada sobre el pecho del rubio podía escuchar sus latidos tranquilos.

Se durmió sin darse cuenta.

subiré cinco capítulos seguidos hoy, porque estamos entrando en capítulos finales, y con ello, preparen pañuelos

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<3

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