𖦹 Veintiséis 𖦹

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Luego de aquello, Chris se quedó con Felix mientras la señora Lee terminaba de hablar con el doctor.

Estaban sentados en la sala de espera, con Felix apoyando su rostro en el hombro de Chan mientras éste rodeaba con un brazo sus hombros.

Ninguno de los dos hablaba, Chris estaba muy ocupado pensando en lo que había dicho el médico y Felix estaba concentrado en querer irse.

Minutos después, la señora Lee apareció con una sonrisa, caminando a la par del doctor, que había ido a despedir a Felix, ya que no tendrían más estudios.

El viaje a Incheon era específicamente por su tumor, ha que el tema de sus cuerdas vocales y su voz eran tratados en Seúl, y ya no había nada más para revisar.

El doctor, como de costumbre, le entregó una paleta.

—Siempre fuiste un chico muy valiente, Felix— dijo, con una sonrisa amable—. Lo sigues siendo, eres valiente aunque no te des cuenta, sigue así— revolvió un poco su cabello, haciendo que una pequeña sonrisa se formara en los labios del castaño menor—. Te lo voy a explicar a ti también— el hombre alzó una pequeña cajita que Felix miró con curiosidad—. Estos son tus nuevos medicamentos, diferentes a los anteriores, y un poco más fuertes. Debes tomarlo con la misma regularidad que tenían los otros, pruébalos, pero si sientes cualquier malestar, los dejas, ¿entendido?

Felix asintió, tomando la caja, para mirarla, abriéndola para ver las pastillas, eran más pequeñas que las anteriores, no le costaría tanto tragarlas.

No se quedaron mucho más tiempo del necesario, Felix quería salir corriendo de allí.

Se sentía estresado, y al regresar a cada de la tía YoungMi apenas almorzó unos cuantos bocados de lo que había sobrado la noche anterior, antes de pedirle a Chris que lo acompañara hacia el cuarto.

El castaño borró todos los pensamientos impuros de su cabeza, no era la primera vez que Felix le hacía algo así.

Y tal como había sospechado, su inocente novio sólo quería recostarse a su lado mientras le hacía caricias en su cabello, acomodado en un cálido abrazo y escuchando los latidos de Chris hasta dormirse.

Y tal como había sospechado, su inocente novio sólo quería recostarse a su lado mientras le hacía caricias en su cabello, acomodado en un cálido abrazo y escuchando los latidos de Chris hasta dormirse

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