—Último día en Incheon— anunció Chris en cuanto abrió los ojos, despertando por la luz exterior, aunque fue para sí mismo.
Se frotó los ojos, girando para ver al lindo chico dormido a unos pocos centímetros de él y apretujados en una cama particular.
Sonrió, mirando lo lindo que era su novio.
No sabía que era era, pero por la luz del exterior no era tan temprano como pensaba, y era bastante raro que Felix durmiera más que él, pero no podía culparlo, después de todo, el estrés que había sufrido el día anterior.
Por más que el castaño había dormido siesta durante la tarde de ayer, parecía que el sueño no lo abandonaba.
—YongBokkie~— canturreó, bajo—. Qué haré si mi sol no despierta.
Se acomodó con ganas, girando su cuerpo para quedar frente a él, esperando que sea suficiente para que se despertara, aunque el castaño sólo frunció un poco el ceño.
Con algo de pena por despertarlo, pero aún así más ganas de molestarlo un poco, Chan comenzó a dejar pequeños y sonoros besos por todo su rostro, haciendo que el chico arrugara un poco su nariz y se echara hacia atrás, hasta que finalmente abrió los ojos para correr el rostro del castaño del suyo, murmurando un sonido de queja.
—Ha salido el sol— dijo Chris, con algo gracia, viendo al chico enderezarse en la cama, apoyándose de codo.
Chan rió un poco al ver el puchero en los labios de Felix, como si fuera un niño pequeño por haberlo despertado.
—Molesto— lo escuchó murmurar a Felix, saliendo de la cama.
Eso lo hizo soltar una carcajada.
—Eres tan lindo en las mañanas— dijo el castaño, estiró su cuerpo y brazo fuera de la cama, para picar una de las nalgas de su novio sin levantarse de la cama.
El toque lo hizo casi saltar, volteándose rápidamente para mirarlo con desconfianza.
—Tú no— respondió el castaño, haciendo que Chris riera de nuevo.
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