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El sonido de las botellas de cristal chocando entre sí trajo de vuelta a Oikawa, la música a un volumen exagerado comenzaba a causarle dolor de cabeza, pero eso no era un impedimento para continuar bailando junto a sus mejores amigos encima de la barra.
Los silbidos de los alfas y betas sólo lograban que el trío continuara con sus movimientos sensuales, siendo ya bastante afectados por el alcohol.

— Muy bien. — Se escuchó a alguien antes de que uno de sus amigos desapareciera. — Es suficiente por hoy, son las dos de la madrugada y los tres están ebrios a más no poder.

Poco a poco los tres fueron sacados del bar y adentrados a un automóvil, que era conducido por el único alfa entre los cuatro.

— Vamos, Daichi~. — Se quejó Sugawara mientras aún continuaba bailando en su asiento. — La noche es joven.

— También será joven la jaqueca que tendrás cuando despiertes. — Una sonrisa apareció en su rostro. — ¿Les parece si les pago una habitación de hotel por esta noche?

— Da igual... ¡Yo quería seguir bailando~! — Tōru observó a su otro amigo a su lado, Hinata, quien en realidad había escapado exitosamente de la mansión de su alfa.

De los tres amigos Oikawa era el único solterón, pero eso no evitaba que los tres salieran en ocasiones a divertirse, como esa noche. Habían llegado a las siete y desde entonces estuvieron bebiendo hasta terminar en el estado que se encontraban, sin reconocerse del todo y a penas pudiendo mantenerse despiertos.

— Los dejaré a ambos en el hotel, no quiero problemas con Tobio. — Avisó el único sobrio de los cuatro, conduciendo hacia un hotel.

Sawamura Daichi, era un alfa, hijo de una familia rica, por lo que su vida era fácil. Aun así insistía en trabajar y ganarse el dinero de manera justa, por lo que como se deduciría, este hombre podía darse duchas de billetes de cien dólares todos los días y dos veces si así lo deseaba. Él y Sugawara se conocieron una noche en un bar. Según lo que cuenta Daichi, Kōshi estaba tan ebrio que cuando se encontraron casualmente en los baños creyó que el azabache era su padre y lo sermoneó por haberlo abandonado a sus dos años, dejando a su madre con un niño, desempleada y con deudas pendientes por pagar. Daichi, a pesar de lo tonto que se veía el omega, se enamoró profundamente a primera vista y decidió llevárselo con él, claro, después de contactar con la madre del albino y pedirle su mano.

Por otro lado, Hinata había encontrado a su alfa hacía unos seis años atrás, cuando a penas y tenía quince años. Su suerte fue grande al enterarse que el muchacho era nieto del dueño de una prestigiosa empresa de muebles, empresa que se le fue heredada cuando su abuelo murió, pues su padre, sin saber que su madre heredaría semejante cantidad de dinero, huyó como un cobarde. La madre de Tobio, sin embargo, falleció a causa de un cáncer terminal en el pulmón, dejando todo para el ahora dueño de la empresa de muebles que llevaba su apellido: "Kageyama".

Finalmente, Oikawa Tōru, era el único soltero de los tres omegas en el auto, según el castaño aún no encontraba a su pareja indicada, por lo que se dedicaba a disfrutar la vida al máximo.
Era hijo de una familia humilde, no tenían problemas económicos, pero tampoco gozaban de lujos. Se encuentra cursando su cuarto y último año de universidad en la carrera de ingeniería aeronáutica, pues le apasionaba la carrera.
A pesar de eso, debía de sacrificar parte de su tiempo de diversión trabajando para pagar la profesión, si antes salía todos los fines de semana ahora a penas y podía salir una vez al mes.

— Hemos llegado. — Daichi bajó, no sin antes acomodar la cabeza de su pareja que parecía estarse rompiendo el cuello. —Ambos, andando.

— No quiero. — Tōru se cruzó de brazos, mientras observaba como Daichi tomaba en brazos a Hinata quien había perdido ya la lucha.

𝑶𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒊𝒅𝒆 - 𝑰𝒘𝒂𝑶𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora