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— Mi pequeño Arata. — Tōru sonrió acariciando sus cabellos. Iwaizumi se acercó y dejó un suave beso en su frente, mientras abrazaba a ambos. — Iwa-chan. ¿Estás listo para esto? — El moreno suspiró, pensándolo bien. No es como si pudiera devolver al niño al vientre de su madre para prepararse por un tiempo más.

— Creo que no será fácil. — Respondió. — Pero haré mi mayor esfuerzo.

Oikawa dejó al niño en la cuna que yacía en su habitación y sonrió, girándose. Rodeó con sus débiles brazos al azabache y hundió su rostro en el pecho contrario, disfrutando del fuerte aroma de Hajime.

— Lo harás bien, Iwaizumi. — El castaño le miró a los ojos. — Has cuidado bien de mí todo este tiempo, podrás hacerlo con nuestro pequeño también.

"Nuestro pequeño". Una sonrisa apareció en el rostro del mayor al escuchar esas simples palabras. Alzó a Tōru quien se sorprendió al principio, pero después rió mientras Iwaizumi le daba vueltas en el aire y después le dejaba en el suelo, rodeándole con sus fuertes brazos.

— No sabes cuánto te amo, Oikawa Tōru. — Besó los labios contrarios. — Eres mi razón de vivir, tú y nuestro pequeño.

— No empieces o me pondré sentimental. — Oikawa sintió como era cargado con el mayor. Rodeó la cintura del moreno con sus piernas, mientras recostaba su cabeza en el hombro del azabache. Se relajó ante la paz y calidez que el contrario trasmitía, le gustaba estar así.

— Bokuto me llamó. — Hubo un silencio. — Dijo que Akaashi vendrá por la tarde, con Yoichi.

— Genial. — Tōru sonrió, bajando de los brazos contrarios. — ¿No te dijo a qué hora?

— Aproximadamente a las cinco.

El castaño asintió, mirando al niño descansar. Sonrió, sintiendo las grandes manos del ojiverde tomar su cintura. — Tōru. ¿Podemos hablar?

— ¿Es algo malo? — Hajime negó. — Está bien.

— Solo... Quería saber si aún deseas casarte conmigo. — Oikawa frunció su ceño notablemente antes de girarse y mirar molesto a Iwaizumi. — ¿Dije algo malo?

— ¿Dudas de mi amor?

— No, no, cariño no quería decir eso. — Tomó los hombros del menor. — Es solo que... Estos días pareces algo cansado.

— Iwaizumi... — Oikawa le empujó hasta la cama, en donde le hizo sentarse, después, tomó asiento sobre el regazo del mayor. — Quiero casarme contigo. — Aseguró Tōru. — Solo estoy algo cansado, pero me recuperaré pronto.

— ¿Seguro?

— Por supuesto. — Sonrió. — Es más, pensaba que podríamos ir a beber con los chicos este sábado. — Ahí estaba el antiguo Tōru. — ¡El bar cerca de la casa de Kōshi es increíble! Hay buenos tragos, y la música siempre es buena, es imposible aburrirse.

— ¿Dejaremos a Arata con tu madre? — Tōru asintió.

— Supongo que a madre no le molestará venir y quedarse por un par de días aquí. ¿Cierto? Solo debo preguntarle.

— Claro, cielo. — Iwaizumi suspiró. — ¿Pero seguro de que podrá encargarse ella? No quiero que le pase nada al pequeño.

— ¿Llamo a Kuroo? — Hajime gruñó al escuchar el nombre del azabache, Tōru rió, acariciando sus mejillas. — Kuroo no es un mal chico, Iwa-chan. Además, aún no ha visto a Arata, está ansioso, quiere venir a verle.

— No si puedo evitarlo. — Oikawa le miró directo a los ojos mientras su ceño se fruncía lentamente. Iwaizumi también le miró.

Debió ser Tōru quien apartara la mirada intimidado en aquel momento, pero ocurrió todo lo contrario. Hajime se sintió pequeño ante la intensa mirada del castaño, quien continuaba con sus ojos fijos en él, lo que le hizo desviar la mirada primero.

𝑶𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒊𝒅𝒆 - 𝑰𝒘𝒂𝑶𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora