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— Buenos días.

Oikawa entró a la cafetería, ganando la atención de Takahiro, Wakatoshi y Satori, los tres se encontraban sentados en una mesa, platicando.

— Tōru. — Hanamaki se puso de pie acercándose al castaño con rostro preocupado. — Demonios. ¿Qué te habías hecho?

Takahiro lo observó por unos segundos, había algo diferente en su amigo, pero no estaba del todo seguro del que era.
Sabía que había discutido con el azabache, y que había terminado todo muy mal, pero esa no era la razón.
Hanamaki tomó a Tōru de la mandíbula y lo observó detenidamente hasta fijarse en los nuevos piercings que decoraban sus orejas.

— Joder, Tōru. ¿Superando una etapa? — Oikawa rodó los ojos, caminó hacia los camerinos, saludando al castaño olivio y al pelirrojo en el proceso.

Tal como había dicho su amigo, había decidido hacer un ligero cambio en sí mismo. Su oreja derecha ahora cargaba con un piercing 'Industrial' –con una estrella en el centro–, por otro lado, su oreja izquierda era decorada con dos helix, y finalmente, la cereza del pastel estaba aún oculta en su lengua.
Había tenido bastante tiempo libre, su jefe le había permitido ausentarse para que se recuperara, siendo realmente considerado con el castaño, así que solamente asistió a sus clases en la universidad.
Disfrutó de tiempo en familia por una semana, hizo todo aquello que no hacía desde hacía cuatro años y medio, vieron películas, comieron juntos y salieron a caminar al parque.
En ese tiempo, decidió que un cambio de apariencia no le vendría mal, además de que no había exagerado con los cambios, era el mismo Tōru, sólo con unos cuantos agujeros en las orejas.

— ¿Y? — Hanamaki se apareció, cruzado de brazos. — ¿Vas a contarme?

— Después, tenemos trabajo. — Tiró su mochila en una silla. Se giró y caminó a la cocina, comenzando a hacer su trabajo.

— Oikawa. ¿Seguro que estás bien? — Takahiro observó a su amigo asentir.

— Estoy bien, no debes preocuparte. — Se giró, mirando a su amigo a los ojos. — Dame una hora, terminaré con el trabajo aquí y hablaremos.

El castaño claro asintió algo confundido antes de comenzar a hacer su trabajo.
Ese día trabajaron como siempre lo hacían, no hubo mucha clientela, por lo que se la pasaron la mayor parte del tiempo hablando.
Tōru le explicó todo a Hanamaki, quien estaba furioso con Iwaizumi y juraba que cuando lo volviese a ver lo golpearía, y duro.

— Buenas tardes. — Un azabache se adentró en el establecimiento, llamando la atención de ambos amigos.

Hanamaki sonrió y se acercó, rodeando el cuello del mayor mientras dejaba un delicado beso en sus labios.

— Hey. ¿Qué tal? — Saludó Tōru.

— Es bueno verte de nuevo, Oikawa. — Issei tomó a Takahiro por la cintura. — ¿Nuevo cambio de look?

— Sí, ¿Qué tal me veo? — Preguntó Oikawa, haciendo una extraña pose diva.

— Te queda muy bien, se adapta a tu estilo. — Issei tomó asiento en una mesa. — Takahiro.

— ¿Qué desea, mi rey? — Oikawa estalló a carcajadas, detestaba cuando su amigo hablaba de aquella forma con su ahora novio. — Oh vamos, de seguro eras peor con Iwaizumi.

Oikawa hizo silencio. Hanamaki se maldijo al darse cuenta de que lo había arruinado.

— Lo siento, Tōru, lo olvidé. — Se disculpó, el castaño negó.

— No te preocupes, está bien. — Sonrió, una sonrisa falsa que daba cuando intentaba ocultar sus verdaderos sentimientos. — Iré a preparar los pastelillos del encargo.

𝑶𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒊𝒅𝒆 - 𝑰𝒘𝒂𝑶𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora