4

6.1K 631 666
                                    

La noche dió paso a la mañana, un Oikawa se miraba al espejo notando las bolsas bajo sus ojos que volvían a decorar su rostro. Bufó molesto y tomó la bolsa de maquillaje de su madre, comenzando a cubrir las ojeras.
Esa mañana se había levantado más temprano de lo usual, se duchó, lavó y arregló su rostro.

Ahora el problema era su ropa. Tōru observó su armario, no tenía la gran cosa en él, su ropa siempre era sencilla, y lo que más abundaba era ropa con estampados de alienígenas, galaxias, y todo lo que tuviese que ver con el universo.

— Ah~ Parezco niño de seis años. —  Se quejó Tōru llevando una mano a su nuca mientras bufaba.

— Tōru, madre dice que bajes a desayunar. — Avisó su hermano menor antes de marcharse.

— ¡Bajaré enseguida, madre! — Exclamó el ojimarrón. Su atención volvió a su armario. Sin hacerse tantos enredos tomó una camisa de mangas largas negra con detalles blancos en sus bordes, un pantalón blanco y sus tenis del mismo color.

Lanzó la toalla que cubría su mitad inferior a la canasta de ropa sucia y se vistió, arregló su cabello y bajó al comedor en donde ya estaba su familia esperando por él.

— ¿Saldrás, cariño?

— Sí, un... Amigo, vendrá por mí. — Respondió inseguro antes de tomar asiento al lado de su padre.

— ¿No debes de trabajar hoy? — Preguntó esta vez la cabeza de la familia.

— Sí, pero Hanamaki me cubrirá, me debe un par de favores así que me ayudará con esto. — El silencio se apoderó del comedor, aun así no era un silencio incómodo, todos degustaban de la deliciosa comida preparada por su madre.

Después del desayuno, Oikawa se dedicó a ayudar a su madre con los quehaceres del hogar, prepararon el almuerzo y comieron.
Aún después de todo eso le quedaba tiempo antes de que Hajime pasase por él a las dos, así que decidió simplemente recostarse en su cama, ponerse los audífonos y escuchar música con sus ojos cerrados.

Su teléfono vibró, nervioso, lo desbloqueó.

Gracias a Dios no era un mensaje del moreno, sino de Shōyō recordándole no faltar a la cena de esa noche, y que no era del todo necesario que llevara pareja.

— Y me lo dice ahora. — Susurró Tōru con su ceño fruncido. Le respondió al pelinaranja confirmando que sí iría y que no se preocupara.

— Tōru. —  Oikawa alejó la vista de su teléfono y se sacó un audífono para observar y escuchar a su hermano menor. — Hay alguien afuera preguntando por ti.

El castaño observó la hora y sintió que se le salía el corazón. Eran exactamente las dos en punto de la tarde.

— Bajaré en un momento. — Respondió, poniéndose de pie.

Tomó sus cosas y arregló una vez más su rostro y cabello. Al bajar a la sala de estar se sorprendió cuando vió a su madre pidiéndole a Iwaizumi que tomara asiento y ofreciéndole algo para tomar.

— Siento la demora. — El moreno desvió su mirada de la madre del castaño, observando a Tōru. Una pequeña sonrisa se estiró en su rostro al ver a Oikawa rascando su nuca nervioso mientras un pequeño sonrojo se apoderaba de sus mejillas.

— No te preocupes. — Respondió Hajime poniéndose de pie.

— ¿Son amigos? — Preguntó de repente su padre, Oikawa entró en pánico.

— Eh. Sí, nosotros ya nos vamos. — Caminó con rapidez hacia el azabache y lo sacó de casa algo agitado. — Lo siento, mi familia es... Algo metida.

𝑶𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒊𝒅𝒆 - 𝑰𝒘𝒂𝑶𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora