capítulo quince.

8.9K 326 110
                                    

Makeyra.

—Otra vez faltó a clase. —bufé con preocupación a mi compañero Valentín. Aunque ya pasaron cuatro horas desde que llegamos estoy preocupada, Mateo esta vez no cruzó por aquélla puerta y lo primero que pienso es en que probablemente tuvo otro problema con la madre.

—Capaz se quedó dormido Key, si está con el papá está bien. —me tranquilizó el ojiazul, quien se enteró de toda la situación gracias a que el morocho estuvo hablando con él.

—Le mandé mensaje y no me contestó, ya son las once y media de la mañana. —me defendí para no quedar como una exagerada, pero al instante que hablé mi celular sonó avisándome que un mensaje me había llegado. Rápidamente agarré mi celular, al desbloquearlo y entrar a WhatsApp pude ver un mensaje nuevo del morocho.

mateo💕

hola mi amorrrr😍

perdón que no te respondí,
mi viejo me acompañó a
casa a buscar las ultimas
cosas que quedaban y
cuando llegue
me volví a dormir

vos q onda? estas en el
colegio?

si, me re preocupe
boludo😭

jskaja chiquitaaa

cuando salgas te voy
a buscar y venis a comer
a casa, querés?

emi me pregunta por vos
jajajaja

mi vidaaa

sisi dale, voy a tu casa

bueno bebe cuando salgas
te voy a estar esperando en
la puerta, nos vemos en un
rato :)

nos vemos💕

—¿Viste? No tenías que preocuparte, tonta. —acotó mi compañero mientras chusmeaba mi conversación con el morocho.

Le sonreí sin mostrar los dientes y dejé mi celular a un lado para seguir escuchando los últimos minutos de clase que quedaban.

Por suerte el tiempo se pasó rápido, en un abrir y cerrar de ojos el timbre para irnos había sonado así que en éste momento me encuentro saliendo de la institución lo más rápido posible con tal de ver al morocho. Aunque nos veamos todos los días hoy lo extraño más de lo normal, debe ser porque me acostumbré a verlo todos los días. Salí y en una de las esquinas pude ver a Mateo parado contra la pared mientras estaba fumando un porro. Caminé hacia él y al verme por reflejo sonrió y tiró el porro al piso.

—Hola bombón. —me saludó dejando un beso en mis labios, aproveché que bajó un poco su cabeza para darme un beso y me colgué de su cuello en un abrazo con la intensión de no soltarlo jamás— ¿Estás bien? —preguntó confuso pasando sus brazos por mi cintura.

—Te extrañé, me preocupé porque pensé que otra vez habías peleado con tu mamá. —expliqué aún enredada a su cuello, escuché una pequeña risita salir de su boca.

—Yo también te extrañe ey, perdón por no avisarte, no sabía que te ibas a preocupar tanto chiquita. —respondió dejando un beso en mi cabeza, me separé de su cuerpo para darle espacio— ¿Tenés hambre? Compré para hacer unos panchos así no tenes que esperar la comida.

objetivo; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora