capítulo dieciocho.

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Makeyra.

—¡Key! ¿Estudiaste para la prueba? No entiendo un choto. —bufó Valentín con preocupación apenas entré al colegio. Abrí grande mis ojos al recordar que hoy tendríamos prueba de Biología y por primera vez lo olvidé.

—Si, sos nuestra única salvación. —habló esta vez Sashen preocupada, pero al darse cuenta que estábamos en la misma situación abrió grande sus ojos— ¿No estudiaste? —preguntó boquiabierta, yo cerré fuerte mis ojos y negué con mi cabeza, escuché fuertes carcajadas de parte de ambos.

—¿Desde cuándo la traga no estudia? —preguntó con el ceño fruncido Valentín, ofendiéndome con aquél apodo.

—¿Qué te pasó?¿Estás bien? —preguntó llevando una de sus manos a mi frente para medir mi temperatura, comprobando si tenía fiebre obviamente actuando.

—¡Dale tarados! ¿Y ahora qué hacemos? —me puse seria, ellos estaban a las carcajadas pero a mí realmente me preocupa desaprobar aquélla evaluación, aunque sería mi primer nota baja pero de igual manera no quiero que eso pase.

—Que se yo, nos macheteamos. —alzó ambas hombros desinteresado el ojiazul, fruncí el ceño.

—¡No quiero terminar como Valentín! —me lamenté largando un pesado suspiro y refregando mis ojos en modo de preocupación, el nombrado me pegó despacio en el hombro ofendido— ¿Qué? —pregunté obvia mirándolo a la cara— Repetiste veinte mil veces Valentín, por algo estás con nosotros.

—Ay no exageres boluda. —rodó los ojos mi amiga— Que desapruebes una no quiere decir que repitas, encima a vos te va bien en todas las materias. —trató de calmarme la rubia, el ojiazul aún seguía ofendido por lo previamente dicho.

—No te enojes ey, te estaba jodiendo. —pedí acercándome a su cuerpo para abrazarlo, me dedicó una sonrisita a boca cerrada y rodeó sus brazos sobre mi cuello.

—¿Qué onda? —apareció el morocho con una sonrisa en su rostro. Estaba hermoso, con una camperita negra y una gorrita que le quedaba bastante fachera. Saludó con el puño cerrado a ambos amigos y cuando llegó hacia mí me saludó de la misma forma pero, a diferencia de los demás, me sonrió y me guiñó el ojo haciéndose el galán.

—¿Estudiaste para la prueba? —preguntó el ojiazul aún abrazándome mientras reía por la pregunta que acababa de hacer, está más que clara la respuesta así que ni siquiera hizo falta que responda.

Me separé de mi amigo justo cuando llegó la hora de entrar a nuestros respectivos salones. Valentín y Sashen comenzaron a caminar delante mío y justo cuando estaba por ir detrás de ellos, el morocho me frenó agarrándome despacio de la muñeca.

—¿No me extrañaste? —preguntó formando un puchero en sus labios. Se pegó a mi cuerpo y me abrazó por la cintura. No consentí su abrazo de la misma forma que él y se dió cuenta de esto— ¿Qué te pasa? —frunció el ceño confundido, separándose de mi cuerpo.

—Te dije que quería hablar con vos. —repetí lo que le dije en la llamada de ayer.

—Decime. —dijo parándose bien frente a mí, se cruzo de brazos y me miro con seriedad.

—Tenemos que entrar al salón. —respondí tratando de seguir caminando, pero nuevamente volvió a impedir que me vaya.

—Me chupa un huevo entrar al salón, vamos al baño. —respondió esta vez llevándome hacia el lugar nombrado. Me frené para mirarlo asustada y confundida a la vez— Vamos a hablar, pajera. —me explicó largando una risita al darse cuenta que yo había pensado otra cualquier cosa— Pero si querés que hagamos otra cosa no tengo problema. —me guiñó el ojo canchero, rodé los ojos y seguí caminando esta vez soltandome de su agarre.

objetivo; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora