capítulo cuarenta y siete.

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Mateo.

Como cotidianamente hago antes de salir de casa, chequeé que esté todo cerrado y apagado para evitar tragedias y finalmente salí hacia la casa de mi mejor amigo.

Hoy lamentablemente es sábado así que, como no hay clases, no tuve la oportunidad de aclarar las cosas con Valentín y otra que ir a su casa para hablar no me queda. Le mandé un mensaje al WhatsApp pidiéndole juntarnos un rato y me sorprendió bastante que me haya respondido lo más bien, como si nada hubiese pasado. Claramente el problema conmigo lo tiene Sashen, no Valentín.

Mientras me armaba un porro sin frenar mis pasos, sentí vibrar mi celular avisando que un nuevo mensaje había llegado. Saqué mi encendedor del bolsillo de mi buzo y lo prendí, luego de eso decidí abrir el mensaje.

key😻

bebeee

venis hoyy?😁

no amor, no se

voy a lo del valen un
rato a ver q onda

bueno dale

sino cuando salga voy
y dormimos juntos

queres? :)

sisisisisi😁

t espero amor

bueno chiquita, dale

chau, te amo<3

Salí del chat con la castaña para luego entrar al de Valentín y pedirle que me abra la puerta, hablando con Key se me hizo súper corto el camino, aunque no es tanta la distancia entre su casa y la mía.

—¿Qué onda wachin? —saludé apenas me abrió, él esbozó una leve sonrisa al verme y me saludó con un abrazo. Me dió lugar para pasar y, al ver a su progenitora en la cocina la saludé con confianza para luego dirigirnos hacia la habitación de mi mejor amigo.

—Perdón por el quilombo amigo, Shai se quedó a dormir y dejamos un toque de lío. —dijo mientras sacaba ropa de la cama para que nos sentemos ambos, más precisamente sacando sus jeans y algunos corpiños de su novia. Reí levemente y negué con mi cabeza para que no se preocupara, lo que menos me interesa en este momento es el orden de su habitación. Me sente en su cama con mi espalda apoyada en la pared y el imitó su acción, pero en el respaldo de la cama mientras jugaba con su almohada.

Ambos estábamos en silencio, mientras el giraba de un lado a otro el almohadón yo buscaba la manera de sacarme la duda, ya me estaba incomodando bastante el silencio que se había formado.

—¿Qué mierda les pasa? —pregunté confuso, aunque no fue la manera más agradable. Valentín frunció el ceño confuso y alzó una ceja sin entender a lo que me refería, aunque probablemente esté haciéndose el boludo— Ayer Sashen me miró con tremenda cara de ojete toda la mañana y vos a toda costa tratabas de llevártela con tal de no cruzarla conmigo. —largué con mi ceño fruncido, hasta me enfurecía recordar aquélla situación.

—Nada Mateo ¿Qué va a pasar? —preguntó alzando sus hombros y arqueando su labio inferior, como si nada sucediera, como si yo fuera un inocente infante que no se da cuenta de las cosas.

objetivo; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora