capítulo veintitrés.

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Makeyra.

Apenas sonó el timbre del recreo me levanté de mi asiento y salí rápido para dirigirme hacia el patio. El tiempo que pasé metida en ese salón la pase horrible, me tuve que bancar ver a Mateo otra vez con Sol mientras la besaba, le susurraba cosas al oído, o se le hacía el galán con frases berretas. Me duele muchísimo saber que estamos así por mi culpa, soy una imbécil que fue y se comió a un pibe sabiendo que tranquilamente podría estar presente. No sé en que estaba pensando, Luciano me parece lindo pero a Mateo ya tenía una relación bastante avanzada y las cosas iban bien, pero tuve que cagarla por una calentura de mierda.

—¿Todo bien? —preguntó el ojiazul acercándose a mí con un paquete de galletitas Don Satur saladas en su mano. Asentí con mi cabeza y esbocé una sonrisa a boca cerrada. Él me miró algo confundido pero aún así cambió de tema.

—¿Querés? —ofreció de sus galletitas con su brazo estirado, negué con mi cabeza.

—¿Y Shai? —consulté al ver que no estaba acompañado de la rubia, hoy cuando llegaron se sentaron juntos y por eso me extraña verlo solo.

—No salió del salón, se quedó hablando con Matías. —bufó apenado, alcé mi vista para mirarlo a los ojos y se lo notaba algo triste por aquello que me contaba. Él le tiene muchísimo aprecio a mi amiga y sigue sufriendo por como se fue a terminar todo, aunque su relación de amistad sigue intacta.

—No tiene onda con Matías, Valen. —aclaré largando una pequeña risa— Ustedes van a terminar juntos otra vez, estoy segura.

—Ella me cortó todo Key. —negó desesperanzado con su cabeza.

—Cuando nos juntamos estaban a los besos boludo. —rodeé los ojos obvia, aunque ellos hayan terminado sé que les cuesta muchísimo ser amigos.

—Si Key, que se yo, pintó. —acotó alzando los hombros, él finge no tener interés pero realmente está enganchadísimo con mi amiga, se le nota— Pero tampoco sé que quiere ella, no la entiendo. —bufó con los ojos cerrados, reí por lo bajo ante su exagerada preocupación. Los dos se gustan como el primer día, por algo Sashen cayó otra vez en los encantos de mi amigo.

—Hablalo Valen, capaz ella está en la misma y esta vez se anima a probar estar en una relación. —dije suave, él esbozó una pequeña sonrisa a boca cerrada .

—Estás triste y aún así tratás de levantarme el ánimo a mí. —asumió mirándome apenado, negué con mi cabeza negando aquélla frase pero me conoce lo suficiente como para darse cuenta que le estaba mintiendo.

Se acercó a mi cuerpo y me abrazó de costado, enredé mis brazos en su cintura y dejó un beso sobre mi cabeza. Me había olvidado lo sanador que es recibir un abrazo de Valentín.

—¿Te peleaste con Mateo?¿Por eso estás asi? —murmuró con su pera apoyada en mi cabeza. Asentí sin responder y él largó un pesado suspiro— ¿Por qué? Lo vi con Sol a los besos otra vez, es un pelotudo.

—Me comí a Luciano. —confesé apretando fuerte mis ojos, un extraño silencio se formó posteriormente. Levanté mi vista para ver la reacción del ojiazul; estaba boquiabierto y mirando a un punto fijo. Lo que menos esperaba es que esta vez sea yo la que se haya mandado una cagada— Decime algo Valen. —bufé al no oír ninguna respuesta de su parte.

—N-no sé Key, te la mandaste. —respondió bajando su vista para mirarme apenado, largué un suspiro dándole la razón— ¿Pero por qué lo hiciste?¿Te gusta? —interrogó confuso, rápidamente negué con mi cabeza.

—N-no, pero no sé, él me dió un beso y yo se lo seguí. —expliqué nerviosa, él frunció el ceño.

—No te justifiques echándole la culpa a él, vos accediste a hacerlo y la única que estuvo mal fuiste vos. —me retó haciéndome enojar, parece como si estuviera en mi contra en vez de ayudarme.

objetivo; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora