Se rió hasta que los acontecimientos le pesaron demasiado, hasta que el hecho de no saber qué hacer, lo derrumbo por completo.
Se dejo caer en el sofá, perdido entre sus pensamientos. Raquel lo llamo para que desayunara, pero no respondió, en realidad, ni siquiera la escuchó; Estaba demasiado absorto en sus pensamientos.
-¡Sergio! – Lo llamo de nuevo, una vez más sin recibir una respuesta, así que fue a ver qué sucedía, y lo encontró observando al vacio, parecía en otro mundo.
Se arrodillo frente a él, y no supo que debía hacer, su mente se puso en blanco. ¿Cómo podía pensar con claridad, viéndolo así?
Las ideas no llegaban, y en este tipo de situaciones era preferible dejar que las acciones hablaran por si solas.
Se acerco a él y toco sus labios con los suyos, levemente, apenas se rozaban pero esto alcanzo para traer a Sergio de vuelta a la realidad. Él no se movió, no hizo ningún intento para profundizar el beso, pero ella sí.
Lo beso con ternura, con suavidad, como si de labios hechos de algodón se tratase. Sergio la atrajo a él hasta que estuvo sentada en sus piernas, profundizo el beso hasta que Raquel sentía que perdía el aire por instantes, pero no necesitaba eso, en ese momento lo único que necesitaba seguir atrapada en ese beso.
Se separaron apenas unos segundos para intentar recomponerse, pero ya era muy tarde para hacerle un llamado a la cordura.
Chocaron sus cabezas, uno respirando el aire del otro, pero eso no era lo que querían.
Esta vez fue Sergio quien se acerco más a ella, y comenzó a besarle todo el rostro, deleitándose con el tacto de su piel bajo sus labios. Luego de su recorrido, la beso en los labios, con fuerza, con pasión, con deseo.
Raquel lo percibió, y por un segundo quiso frenar aquello, pero un segundo fue muy poco tiempo. Sergio deleito cada uno de sus sentidos con cada beso que le daba.
*
Marcos al notar la tardanza de Raquel decidió ir a ver que sucedía, sin duda no pudo sorprenderse más al encontrarse con aquella escena.
Iba a hablar, pero sintió que las palabras se le atoraron en la garganta. ¿Qué podía decir? Estaba viendo como Raquel besaba, demasiado apasionadamente, a Sergio.
Y ¿Con él? Ni siquiera había querido dormir, ¿Y todo por culpa de quien? De Sergio.
*
-¡Gabriela, nos vamos! – Grito mientras se iba de la sala, no podía seguir presenciando aquello, una vez podía tomarlo como un error, un desliz, pero ¿Dos veces? Eso ya no podía ignorarlo.
Sergio y Raquel interrumpieron su beso enseguida, estaban agitados. Había sido un beso muy largo, y maravilloso.
Raquel se levanto como pudo y corrió tras Marcos, ¿Qué pensaba decirle?
Sergio se quedo en su lugar, si antes estaba confundido, ahora ya se sentía perdido por completo.
-Marcos, por favor. – Hablo con él una vez que lo alcanzo en su habitación, el la ignoraba mientras recogía sus cosas.
-¿Por favor que, Raquel? – Le espeto, con furia e indignación
-Sabes a lo que me refiero. No se van a ninguna parte, y ¡Perdóname! – Se acerco a él y lo abrazo – No volverá a pasar, lo prometo.
-¿Lo dices en serio?, además recuerda...
Raquel lo callo, colocando uno de sus dedos en los labios de el – Ya lo sé, no volverá a pasar.

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La Memoria Perdida.
Romance... Un pasado, una historia, Un... ¿Futuro? ____ 🔸️Historia inspirada 🔸️