Sergio veía a Daniela, la estudiaba detenidamente. Era una mujer muy hermosa, no podía negarlo. Pero no podía creer que tiempo atrás por esta mujer había destrozado su vida al lado de Raquel, este cuestionamiento lo llevo a hacerse una pregunta; ¿Qué clase de hombre era, o es?
Daniela entro sin esperar a que Sergio la invitase.
Cerró la puerta y se dirigió a la sala, donde ella parecía esperarlo.
-Así que me recordaste antes que a Raquel – Se acerco a él, y comenzó a jugar con uno de los botones de su camisa – Yo le dije que tú me amabas a mí, y ella no me hizo caso – Sorpresivamente lo jalo hacia ella, y lo beso.
Pero el beso no pudo siquiera comenzar del todo, pues Sergio se la quito de encima enseguida.
Quería que su memoria regresara, necesitaba saber porque había traicionado a Raquel Perfecta Murillo, por Daniela Regalada... ¿Cuál era su apellido?
-¿Por qué deje a Raquel para estar contigo? – Ni él supo porque lo dijo, ella lo miro sorprendida.
-Estabas celoso de Marcos, me decías que ella pasaba mucho tiempo junto a él... Y bueno, te seré sincera, me aproveche de eso – Mostro una cínica sonrisa, Sergio se estremeció, en ese preciso momento quería abofetearse por haber sido tan estúpido. – Te lo digo, porque parece que ya no quieres nada conmigo.
-Lo único que quiero de ti, es que te vayas.
-Nos volveremos a ver, te lo aseguro.
Y se fue.
*
Sergio comenzó a pensar en Raquel. De pronto le comenzó a dar dolor de cabeza y decidió recostarse. Vio la cama revuelta y la ropa de ambos regada por toda la habitación aún.
De pronto, un recuerdo llego a su mente...
-Sergio ¿Qué sucede? –Le había dicho Raquel, ella se movía nerviosamente, y él no sabía que decir -- ¿Acaso quieres terminar conmigo?
-Terminar de ser novios, si – Le había dicho él, y vio como ella estaba a punto de llorar. – Ya no quiero que seas mi novia, quiero que seas mi esposa – Había sacado un anillo de compromiso precioso -- ¿Aceptas ser mi esposa, Raquel?
Ambos estaban cenando en un restaurante al aire libre, Raquel se había levantado y abalanzado a sus brazos, lo había llenado de besos sin importarle que los estuviesen mirando.
-¡Por supuesto que acepto! – Y le había dado un largo beso en los labios, para que luego él le colocara el anillo en el dedo.
-Te amare para toda la vida.
Fue todo lo que recordó, y se sintió la peor persona que ha pisado la tierra.
Había dicho que la amaría siempre, pero quien ama no engaña.
Aunque... El la amaba, no había duda de eso.
¿Había engañado a Raquel por celos, de su mejor amigo?
Si eso era cierto, no cabe duda de que era un gran estúpido.
Quizá el no mereciera a Raquel, tal vez y solo tal vez, ella tomo la mejor decisión al irse
Pero la extrañaba, mucho.
*
-¿Mami? – Ana despertó y se extraño al ver que iba en el auto junto a Marcos y su mama.
-Hola princesa – La saludo Raquel con la mejor sonrisa que pudo fingir, sin duda no tenía la fuerza suficiente para una sonrisa real. -- ¡Volvemos a casa!
-¿Y papi? – Raquel bajo la mirada y la niña se entristeció al instante. Ella extrañaba mucho a su papa, y claro, extrañaba aun más que sus padres no estuviesen juntos.
-Mi amor, hablaremos de eso cuando estemos en casa, ¿Si? – Raquel le sonrió pero la nena seguía enojada.
-No, ¡Quiero ver a mi papi ahora! – Comenzó a llorar -- ¡Quiero que vuelva a decirme que soy su princesa! – El llanto de la niña se iba haciendo más fuerte cada momento. Marcos encontró donde estacionar el auto y Raquel se apresuro a bajar a Ana, necesitaba consolarla, no podía ver a su hija así.
Abrazo a su hija con todo ese amor que le tenía, su hija era lo más importante para ella, y verla triste era sin duda algo que no quería tener que ver.
-Mi amor, yo se que extrañas a tu papa – Comenzó a decirle, buscando las palabras indicadas para que una niña de cuatro años entendiera de alguna forma – Pero el ahora no está muy bien, no recuerda mucho, ¿Recuerdas que te lo expliqué? – La niña entre tanto llanto solo logro asentir con la cabeza. – Entonces, el necesita recuperarse, no sé si será mucho o poco tiempo, pero cuando esté bien, estoy segura de que querrá verte, siempre serás su princesa – Una lagrima corrió por su mejilla, oh no... Debía ser fuerte, por su hija. – Pase lo que pase, tú eres su princesita.
Raquel le hizo una señal a Marcos, él le dijo a la niña que recorrerían un poco los alrededores. Ya estaban en la cuidad, a unos veinte minutos de la casa de Raquel, pero ella no podía detener sus lagrimas hasta entonces.
Sergio había sido lo mejor y a la vez lo peor que le paso en la vida.
Le había regalado los mejores, y los peores momentos.
Paso junto a él las mayores alegrías y las más fuertes tristezas.
Las lagrimas corrían por sus mejillas aun cuando Marcos regreso, Ana no dejaba de hacerle preguntas a Raquel sobre el por qué de su llanto, pero ella se limitaba a mirar por la ventana.
*
Al llegar a casa de Raquel, ella se fue directamente a su habitación.-¿Por qué debo amarte tanto? – Raquel tenía en sus manos una foto de Sergio, había querido tirarla a la basura tantas veces pero nunca tuvo la fuerza de voluntad suficiente. --¿Por qué te metiste tanto y mi corazón? ¿Por qué aun en el tiempo que pasamos sin vernos, no pude olvidarte?
Una foto no le daría respuestas, y ella las necesitaba.
Una foto no la miraría con arrepentimiento, y ella quería eso.
A una foto no podía darle una bofetada, y de ser necesario, seguro querría hacer eso.
Una foto no la besaría como ella tanto deseaba...
Entonces ella detuvo sus pensamientos, y se sorprendió ante lo lejos que habían volado sus pensamientos.
Pero ¿Cómo negar lo evidente?, amaba a Sergio, quería estar entre sus brazos, para sentir que todo estaría bien, a pesar de que eso no fuera cierto. Quería encontrarse bajo su intensa mirada, quería tantas cosas... Y todas lo implicaban.
¿Habría sido lo correcto irse sin hablar con él?
En su momento le pareció lo correcto, pero ahora comenzaba a cuestionarse su decisión.
¿Necesitaba hacerlo recordar todo para que le diera todas las respuestas que quería? Si.
¿Estaba buscando excusas para verlo de nuevo? Quizá.
Salió de su habitación y busco a Marcos, lo encontró junto a Ana viendo televisión en la sala, comiendo palomitas.
-Voy a salir, no me esperen, ni se preocupen. – Se acerco a Ana y le dio un gran abrazo –Mañana nos vemos princesa.
-¿A dónde vas? – Le pregunto Marcos, jamás hubiese esperado la respuesta que ella le dio.
-A buscar explicaciones por parte de mí esposo.
Y sin esperar que Maros dijese algo, se fue.
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La Memoria Perdida.
Romance... Un pasado, una historia, Un... ¿Futuro? ____ 🔸️Historia inspirada 🔸️