26

258 19 16
                                    

¿Era una pesadilla? Porque si era así, quería despertar cuanto antes.

Sin duda había sido una mala idea ir a casa de Marcos, al menos sola. Sola en el sentido de alguien que pudiese ayudar si... La situación que estaba viviendo, se presentaba.

-Ya soy la mujer más feliz del mundo. –Se removía en los brazos de Marcos, pero él simplemente e limitaba a aprisionarla más fuerte en su abrazo. –Tengo todo lo que una mujer puede soñar. Un esposo que me ama, una hija preciosa, y estoy embarazada una vez más. Solo me falta una mascota –Sonrió cínicamente, la situación ya se estaba tornando peligrosa, y lo sabía.

-Yo te he querido desde que te vi por primera vez. Tú me viste como un amigo y pensé que quizá con el tiempo me querrías como algo más. –La liberó, y camino por la sala mientras continuaba. –Pero llegó Sergio a tu vida, y desde que los vi, supe que él no era como los demás, lo mirabas diferente. Cuando tuve la certeza de haberte perdido me enfurecí, ¡Yo te amo! –Declaró.

Raquel estaba atónita.

¿Cómo no se había dado cuenta del amor que le tenía Marcos?

Sin embargo, no estaba segura de que eso se pudiese llamar amor. Si Marcos la amara, como decía. El no hubiera sido capaz de causarle tanto daño.

Entre tanta confusión, Marcos volvió a acercarse a ella, pero esta vez aprisionándola contra la pared. –Cuando Daniela me propuso esta idea, pensé que estaba loca, pero creo que no es tan mala después de todo.

-¿Qué vas a hacerme? –La sangre se dreno de su rostro. Antes de cualquier cosa, Ana llego a su mente. --Mi hija...

-No les pasará nada. Las cuidaré muy bien. –Le acaricio la mejilla. –Al fin y al cabo, ahora son mi familia.

*

Angustia. Eso era lo único que sentía Sergio, la noche se había hecho presente y Raquel seguía sin aparecer. Había llamado a Crisdel, pero tampoco sabía nada, ella inclusive fue a casa de sus padres, puesto que no quería llamar y preocuparlos, fingió que era una visita como cualquier otra.

Crisdel había ido después a casa de Sergio, y ambos comenzaron a pensar en donde podría estar, pero sin llegar a ninguna conclusión. Raquel no estaría en ningún lugar hasta esa hora, y menos junto a su hija.

-¿Y si se fue? –Dijo Sergio. --¿Y si Marcos le envió otras pruebas falsas de mi supuesta relación con Daniela?

-Ella no se iría así como así, y sin llevarse nada...

Marcos. No podía ser. Sabía que esa suposición de Sergio no era correcta, pero Marcos podría ser el culpable de la ausencia de Raquel.

Ella sabía muy bien quien era él.

En la mañana había ido a verlo, y Marcos le había confesado su supuesto amor por Raquel. Pero Crisdel percibió algo extraño en su forma de hablar sobre ella, en cómo se movía... En la ansiedad de su voz mientras relataba lo que sintió cuando la conoció, y cuando supo que la había perdido, al menos en el sentido en que él la quería.

Entendió, que Marcos tenía una obsesión con Raquel. No era amor, era un deseo de tenerla a su lado, de ser él, y solo él, quien la hiciera feliz.

Le dolió comprenderlo.

Y le dolió aun mas, daré cuenta de que se había enamorado. Ella no podía quererlo, Marcos le había hecho mucho daño a Raquel.

Aunque él no lo admitió directamente, ella supo que Marcos era el culpable de todo el dolor que había tenido que atravesar su hermana.

La Memoria Perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora