Corrió. Corrió lo más rápido que pudo, hasta perderse de la vista de Marcos, que había estado siguiéndola.
Cuando por fin se detuvo, estaba sola en un parque solitario de la ciudad.
Se dejo caer de rodillas bajo un árbol, y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.
Ella de verdad pensó que Sergio era diferente. Se había negado una y otra vez a ver la realidad de cada una de las situaciones.
Deseo poder retroceder el tiempo, hasta aquel día que Sergio despertó luego del accidente. Si pudiera hacer eso, no se habría quedado esperando que el despertase, se fuese ido, y olvidado de él lentamente.
Quizá si su decisión en aquel momento fuera sido esa, en este momento estaría feliz en casa junto a su hija, pero no, ella sintió la necesidad de ayudarlo, y ese fue su gran error.
*
Los días transcurrieron y la situación era la misma. Lagrimas, dolor, llamadas no contestadas, mensajes no leídos, palabras no dichas, deseos que no se volverían realidad, y dos corazones rotos que no podían sanar.
Ana preguntaba incesantemente a Raquel sobre Sergio, pero ella siempre desviaba el tema. Por suerte, había vuelto a trabajar, y Ana en unos días regresaría a la escuela.
Raquel trataba de mantenerse fuerte, de mostrar siempre una sonrisa; Aunque dentro de ella no quedara nada, y todas sus sonrisas estuviesen al revés.
Sergio por su parte, había hablado con el padre de Raquel y este le había permitido volver a trabajar en una semana.
Sin embargo, no estaba completamente seguro si sería bueno que Raquel lo viese todos los días, no quería que viéndolo ella reavivase sus heridas.
Unos días antes, Sergio había hablado con sus padres. Se había sorprendido ante la forma en que ellos le hablaron de Raquel.
Prácticamente, podía decir que la detestaban, aunque no entendía el porqué.
Entendió porque ella no lo había llevado a verlos, para Raquel habría sido un momento muy incómodo.
Sus padres, sin él saber cómo, lograron colocar a Raquel como la mala de la historia, aunque Sergio estuvo en total desacuerdo.
En realidad, ambos eran las víctimas, unas piezas que todos manejaban a su antojo en el juego de la vida.
Por su parte, Marcos había estado todo el tiempo al lado de Raquel.
Él le había insinuado varias veces en darse una oportunidad, pero ella siempre trataba de evitar el tema.
Marcos era su mejor amigo, y no quería arruinar eso, aunque estaba dándose cuenta de que él sentía algo más por ella. Sin embargo, ese sentimiento no era correspondido, Raquel sabía perfectamente que su corazón fue, es y será siempre de Sergio.
*
Había caído la noche y Raquel paso a buscar a Ana para irse a casa, la niña no paro de preguntarle sobre Sergio en todo el camino.
Raquel se limito a decirle que pronto lo vería, aunque ella no tenia seguridad de eso.
Al llegar, Ana continuo con las preguntas, Raquel sentía que no podía más, hasta que perdió el control.
-¡Tu papa no nos quiere! ¡Nunca nos ha querido! Y quizás jamás regrese.
Se arrepintió enseguida de cada una de las palabras que acababa de decir.
Ana comenzó a llorar, sin dejar nada dentro suyo. Raquel la abrazo, y la niña comenzó a moverse entre sus brazos para que la soltara, apenas lo hizo, Ana corrió y se encerró en su cuarto.

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La Memoria Perdida.
Romance... Un pasado, una historia, Un... ¿Futuro? ____ 🔸️Historia inspirada 🔸️