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Raquel se separo de Sergio, y lo miro con una expresión de dolor- ¿Seria que Marcos la había obligado a estar con él?

-¿Me crees capaz de engañarte? -Sergio se relajo, ella solo malinterpreto su pregunta.

-No me refería a eso, solo pensé que Marcos pudo haberte obligado y... --Raquel se subió a horcajadas sobre él, para luego unir sus labios en un beso que los dejo agitados a ambos.

-Marcos no me obligo a nada, entre él y yo no ocurrió nada. -Raquel vio la duda en los ojos de Sergio y le sonrió tiernamente, intentando disipar sus dudas. -Te lo juro, mi amor. -Y volvió a unir sus labios con los de Sergio.

Cuando lo había extrañado... Siempre que llegaba la idea a su mente de que nunca volvería a ver a su Sergio, sentía que el vacio de su corazón se convertía en un abismo infinito.

Él era todo en su mundo, gracias a Sergio ella era capaz de hacer cualquier cosa. Incluso mantener la esperanza de que él iba a encontrarla... Y así fue.

En el momento en que había visto a Sergio aproximarse a ella en la pizzería, pensó que se lo estaba imaginando.

No podía creer que la pesadilla hubiese terminado. En una rápida mirada que dirigió hacia Marcos, vio como en sus ojos se abría paso la ira.

Pero no pudo pensar en nada más que correr a los brazos de su esposo, una vez que él la abrazó sintió que ya no había nada de qué preocuparse.

Vieron la hora y debían darse prisa, el grupo llegaría pronto para irse de nuevo a casa. El pensamiento hizo que Raquel sonriera, por fin volvería a su hogar junto a su familia.

Al salir de la habitación escucharon golpes que provenían de la habitación donde habían dejado encerrado a Marcos. Sergio enseguida abrió la puerta y lo fulminó con la mirada.

Raquel y Sergio estuvieron un largo rato sumergidos en una discusión con Marcos, él les pidió disculpas, dijo que se había dejado cegar por las ideas de Daniela. Raquel no sabía si creerle, pero habían sido amigos por tantos años, que podía ver en sus ojos que estaba siendo sincero.

-Marcos. Yo necesito que entiendas que Sergio es el único hombre en mi vida, al que amo y amare siempre. -Raquel no pudo evitar mirar a Sergio, para encontrarse con un profundo amor en sus ojos.

Marcos veía la escena y entendía que había cometido un grave error al intentar separarlos. Además, ahora que veía la forma en que ellos se amaban, entendía que eso no era lo que sentía por Raquel.

Era su orgullo el que se había herido cuando ella se enamoro de Sergio y no de él. Pero con el tiempo ya no sentía lo mismo por ella, solo quedaba esa herida. Solo los quiso separar, pera sanar su orgullo.

En la habitación se creó un silencio muy incomodo, nadie se atrevía a hablar. ¿Qué más había por decir?

-¿Crees que Crisdel me perdone? -Dijo Marcos.

Ellos se miraron y parecieron sorprendidos ante la pregunta.

-¿Te importa Crisdel? -Pregunto cautelosa Raquel. Ella sabía que su hermana sentía algo por Marcos, y lo último que quería era verla sufrir.

-Creo que en realidad estoy enamorado de ella --Declaró, y bajo la mirada.

-¿Lo dices en serio? -Raquel no pudo ocultar su sorpresa.

-Totalmente. -Raquel se sentía mareada, y no sabía si era por su embarazo o por la sorpresa de lo que estaba escuchando. -Sé que me he comportado como un desquiciado, pero admito que me equivoque. -Tomo las manos de Raquel, Sergio iba a apartarlo pero ella se lo impidió. -De verdad me importa Crisdel. -Y sonrió. Una sonrisa totalmente genuina que conmovió a Raquel.

La Memoria Perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora