Raquel condujo por una hora, aproximadamente.
Sergio se sorprendió al ver que estaban en la playa.-¡La playa! ¡Sí! - Ana veía por la ventana y daba saltos en su asiento. Sergio sonrió al ver a su hija tan emocionada. -Papi, ¿Recuerdas la última vez que vinimos? ¡Teníamos a cometa aun! -La niña de pronto dejo de verse tan emocionada.
¿Cometa?
Raquel vio a Sergio pensativo, recapitulo las palabras de Ana e imagino que estaba tratando de recordar. -Cometa era nuestra mascota, un perrito, Ana lo amaba. -Se lo dijo en un tono de voz bajo.
-Escuché. - Raquel y Sergio rieron ante el comentario de su hija.
-Quizás luego vayamos por otra mascota. -Raquel le sonrió a Ana y la niña comenzó a brincar de nuevo.
Mientras Raquel y Sergio estaban sentados en la arena, Ana corría de un lado a otro jugando con arena. Raquel veía embobada a Sergio. Cuanto había extrañado estos momentos.
Raquel de pronto vio un cambio en Sergio parecía tener la mirada perdida. Se debía, posiblemente, al hecho de que estaba recordando la última vez que habían ido a la playa...
-¡Atrápame! - Raquel había salido corriendo y el tras ella, Ana se había unido a la persecución, junto a cometa, que por cierto, fue el primero en atrapar a Raquel mordiéndole los tobillos.
Gracias a la ayuda de cometa, Sergio agarro a Raquel por la espalda y la tumbo en la arena, para una guerra de cosquillas, en la cual Ana también tuvo participación. Y el pequeño cometa solo ladraba tratando de defender a su dueña.
Raquel solo reía a carcajadas, y les pedía que se detuvieran cada vez que la risa se lo permitía.
Pero era en vano, su esposo y su hija simplemente no se detenían. Ella seguía riendo, y llenándose de arena. Una vez que ambos se detuvieron Raquel se levanto e hizo un falso intento de parecer molesta.
-¿No saben lo que significa basta? -Sergio y su hija se miraron, siempre cómplices. Entonces la miraron con cara de un falso arrepentimiento. -Oh no, esta vez no funcionará.
-Mami - Ana puso esa carita que sabía perfectamente hacia ceder a sus padres ante cualquier cosa. Pequeña y tierna chantajista.
-Está bien.
Ana siguió jugando con cometa, corriendo de acá para allá. Mientras Sergio y Raquel la observaban divertidos.
Sergio desvió su vista de Ana, para mirar a Raquel, y lo hacía de una forma tan amorosa. Y bueno, la amaba, ¿Por qué la vería de otra forma?
Raquel se dio cuenta de que Sergio la observaba, y sonrió. Sabía que el amaba su sonrisa, puesto que se lo repetía cada vez que la veía.
-¿Qué tanto me ves? -Y ahí estaba de nuevo, esa sonrisa que lo hechizaba.
-No sé si son tus ojos -Le acaricio la mejilla con dulzura, y le dedicó una mirada muy amorosa. -O esa sonrisa que tanto amo. -Lo pensó un poco, y continuó. --¡Ya lo tengo!, es que te amo, y para mi eres completamente perfecta. ¿Cómo dejar de verte?
-Te amo tanto, estúpido.
-El insulto ¿Por qué?
-Porque eres un estúpido.
-Al que amas. -Agrego.
-Y mucho.
Sergio se acerco a Raquel. Sus labios estaban sumamente cerca, Sergio podía sentir la respiración de Raquel chocando contra su rostro, y esta, cada vez se iba volviendo más intensa y agitada.
El sonrió. Era increíble como lograba hacer que Raquel perdiera el control, con simples palabras, o con solo su proximidad.
Se acerco aun más a ella, hasta que por fin sus labios se unieron en un beso. Estaban algo alejados de las zonas en donde estaba la mayor parte de las personas, así que tenían esa parte para ellos... Y su hija, claro.
Pero Ana estaba totalmente absorta de la situación, ella corría para no ser alcanzada por cometa, reía sin parar mientras caía en la arena y su perrito se abalanzaba sobre ella.
Por su parte, ellos estaban muy entretenidos con su propia compañía. Apenas sus labios se unían una corriente de adrenalina les atravesaba todo su cuerpo. Así había sido desde que se conocieron, e indudablemente, así seria siempre.
Hasta ahí llego el recuerdo de Sergio. Volvió en sí, al aquí y el ahora.
Abrió los ojos de par en par... Era exactamente el mismo lugar que había visto en su recuerdo.
Raquel estaba haciendo un castillo de arena junto a Ana. ¿En qué momento se había levantado?
Se quedo observándolas. Eran tan hermosas, y tan parecidas. La verdad, Ana era como una Raquel en miniatura, solo algunos rasgos eran más parecidos a los de él.
La niña era en verdad muy enérgica. Mientras Raquel armaba el castillo, Ana corría buscando conchitas de mar, iba de un lado a otro, al parecer era muy selectiva... Tomaba una, la tiraba. Otra, volvía a dejarla donde estaba. Solo le llevaba a Raquel las que parecían llenar todas sus expectativas.
De pronto las palabras de Raquel en el auto, resonaron en su cabeza... -Si no puedes recordar, vamos a revivir-
Entonces decidió revivir, en parte, uno de los momentos que había recordado... Cosquillas.
-¡Ana! -La niña enseguida corrió hasta donde estaba su papa. Sergio le explico el plan y la niña le sonrió, su pequeña cómplice.
La niña hizo que Raquel se levantara, entonces Sergio la abrazo por detrás y le susurro -Corre, porque Ana y yo no sabemos lo que significa basta.
Ella al principio pareció confundida. Entonces recordó la última vez que estuvieron en la playa... ¡Ataque de cosquillas!
En ese momento Sergio la soltó y ella comenzó a correr. Sergio y Ana iban tras ella, divertidos.
-¡Esta vez no tienen a cometa para atraparme! -Les grito, sin dejar de correr.
Sergio logro atraparla y rodaron juntos en la arena, para luego ser alcanzados por Ana y el ataque comenzó. La risa de Raquel se unió con la de Ana, era melodía para los oídos de Sergio.
*
Pasaron un excelente día en la playa. Sergio condujo de vuelta a casa, pues ya sabía el camino. Ana iba profundamente dormida y Raquel había seguido su ejemplo.
Sergio odiaba el hecho de no poder desviar demasiado la vista del camino. Quería verlas dormir... Eran unos angelitos.
Al llegar, Sergio cargo a Ana y la dejo en su habitación. E hizo lo mismo con Raquel, pero ella se despertó apenas él la saco del auto, pero prefirió hacerse la dormida. Amaba estar entre los brazos de Sergio.
Mientras él se duchaba, sonó el teléfono de Raquel.
-Cris- Apareció en la pantalla, Raquel enseguida contestó.
-¡Cris! -Le dijo animada.
-¡Hermanita!, en la mañana no pude hablar bien contigo, quiero todos los detalles de tu relación con Sergio. - Raquel escuchó una risilla a través del teléfono. -Y me refiero a todos, sin excepción.
-¡Crisdel Murillo! -Exclamo, queriendo parecer sorprendida. Pero conocía a su hermana. Su incorregible hermana.
-¿Podemos almorzar juntas mañana?
-Claro. Vienes a mi casa. -Sabia que Cris le haría preguntas muy atrevidas, prefería mantenerlas en los confines de su casa.
-Mañana nos vemos entonces, te quiero Raquel. -Y colgó. Era una de las cosas que Raquel odiaba de su hermana, nunca esperaba una respuesta al final de una conversación, siempre la dejaba con la palabra en la boca.
En ese momento Sergio salió de la ducha, Raquel se le quedo mirando embobada. Oh, perfecto, perfecto Sergio.
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La Memoria Perdida.
Romance... Un pasado, una historia, Un... ¿Futuro? ____ 🔸️Historia inspirada 🔸️