Una vez que termino, Marcos se la llevo de la habitación, con paso lento para hacer la menor cantidad de ruido.
-Búscanos, encuéntranos. Pero si no nos encuentras, al menos no nos olvides.- Susurro, más que para Sergio, para ella misma. Aunque nadie pudiese oírla, era algo que quería decir. Era lo que deseaba.
Salieron de la casa, y subieron al auto de Marcos. El tapo los ojos de Raquel, para que no viese el camino que llevaba al lugar a donde se dirigían.
-Ahora, son mías. –Dijo, y comenzó su trayecto.
La pesadilla comenzó. Se dijo Raquel.
*
Un mes después.
Todos los días eran iguales para Sergio. Se sumergía en su trabajo para intentar olvidarse del vacío que había en su corazón, y en su vida.
Había olvidado lo que se sentía estar feliz, y ya hacía mucho que una sonrisa no se posaba en su rostro.
Los padres de Raquel, y Cris, estaban de la misma forma. A todos parecían haberles arrancado una parte de sí mismos.
Nadie sospechaba de Marcos, puesto que se habían olvidado de él, era irrelevante. Si tan solo alguien hubiese notado su ausencia...
Las autoridades habían buscado a Raquel por cielo, mar y tierra, pero no encontraban nada. Por un lado, era bueno saber que no estaba en ningún hospital, pero por otra parte pensaban en que podría estar sufriendo, quien sabe en donde, y junto a la pequeña Ana.
Además, Raquel estaba embarazada. Debía cuidarse, alimentarse bien, ir al médico cada mes...
*
Y aunque ellos no lo supieran, Raquel hacia todo eso.
Miraba a través de la ventana, las nubes se movían en el cielo, y el sol brillaba intensamente, cosa que ella no hacía.
Marcos la mantenía encerrada en la casa, solo salían de vez en cuando, y ella debía mantenerse callada, y no intentar escapar. Él mantenía a Ana tomada de la mano, así sabría que Raquel no se iría, puesto que no dejaría a su hija atrás.
Aunque la trataba como a una princesa, y nunca había intentado propasarse con ella, claro estaba que Raquel no estaba a gusto con él.
Marcos le había insinuado en varias oportunidades que quería estar con ella, pero ante su silencio él continuaba diciendo que le daría su tiempo. Raquel sabía que ese tiempo seria eterno.
-Mami, ¿Extrañas a mi papá? –Le preguntó Ana, cuando entro en la habitación. Raquel se sentó en la cama, y coloco a su hija en sus piernas.
-Muchísimo. ¿Y tú? –Intentaba ser fuerte siempre que Ana hablaba de Sergio, no quería que la niña se sintiera aun más triste viéndola mal.
-También. Quiero volver a casa. –Pareció pensar un poco, y Raquel solo la observaba. –Tío Marcos dice que está ahora es nuestra casa, pero no le creo. Mi casa es donde vivíamos antes, ¿Cierto?
-Si mi amor. –Le dijo cariñosamente, y comenzó a peinar se cabello con los dedos. –Pero quizá no volvamos, así que quizá debas acostumbrarte a estar aquí.
-¿Cuándo volveré a la escuela? –Raquel suspiro. Ella no tenía idea de eso, y le molestaba. Ana no tenia porque estar viviendo así.
-No lo sé princesa, pero hablare sobre eso con Marcos, más tarde. –La niña sonrió, y se fue a su habitación.
Raquel bajo las escaleras, y encontró a Marcos en la sala, él al verla le sonrió, y ella solo se sentó en el mismo sofá, pero en el otro extremo.
-Marcos, Ana debe ir a la escuela.
-Ya me ocupe de eso, el lunes comienza. –Era sábado, y en la tarde él había prometido llevarlas a pasear.
-Está bien. –Ya hacia unos días había dejado de rogarle que las dejara ir, comprendió que ya su destino estaba escrito por él.
-Prepárense, vamos a la playa. –Raquel no pudo evitar sonreír, al menos en un lugar así, podría sentirse libre.
Se fue a alistar a Ana, y luego se preparó ella.
En un abrir y cerrar de ojos, ya estaban allá.
Raquel no pudo evitar recordar la última vez que había ido a la playa, fue un día maravilloso, junto a Sergio y su hija.
Recordó también que le había prometido una mascota a Ana, pero luego se le olvido por completo. Risas, alegrías, un ambiente amoroso... Tantas cosas que ahora eran dolorosas de recordar.
*
Mientras que Crisdel estaba con Sergio, intentando animarlo de ir con ella y unos amigos a la playa.
-¡Vamos! Está a dos horas de camino, pero es una playa preciosa. –Él le decía una y otra vez que no, pero ella lo ignoraba.
-Ya te dije que no quiero ir.
-Queda a unos minutos de una hermosa ciudad, donde nos quedaremos en la noche. –Le hizo una carita triste, y Sergio sonrió.
-Está bien.
Se alistó rápidamente, y partieron todos a la playa.
En todo el trayecto lo único que hizo fue recordar a Raquel, y a su pequeña Ana. Un mes, un mes sin saber nada de ellas.
¿Estarían bien? O ¿La estarían pasando mal?
Entre tantos pensamientos, las dos horas de camino parecieron apenas segundos. En la playa no había muchas personas, y era un lugar maravilloso.
Todos comenzaron a hacer bromas, y entre tanto Sergio logro distraerse, y disfrutar el momento... cosa que no hacia hace tiempo.
Escucho unas risas, y por un momento su mundo se detuvo.
Podría haber jurado que era la risa de su pequeña. Giró la cabeza en todos los ángulos, pero no logro ver a quien buscaba, ni a quien debía estarla acompañando.
Pero no pudo verlas porque estaban en su auto, ya partiendo rumbo a su casa, y Marcos le había hecho cosquillas a la niña. A pesar de todo, el seguía siendo el tío cariñoso que ella conocía.
Se iban porque Raquel no se sentía bien, además de algunos síntomas de su embarazo, que por cierto, iba muy bien, según su ginecólogo, sentía una fuerte opresión en el pecho.
Su corazón estaba percibiendo la presencia de su otra mitad, solo que Raquel no lo sabía...
El resto del día, Sergio continuó participando en las bromas del grupo, pero no tan concentrado. Esa risa era la de su pequeña, podría reconocerla donde fuese. Pero esa voz maligna en su subconsciente le decía que estaba equivocado, esa risa pudo ser de cualquier otra niña, y sus ganas de encontrar a su hija lo habían hecho alucinar.
Y quizá esa voz tuviese toda la razón.
El sol estaba ocultándose, y el grupo tomo camino hacia la ciudad. Se alojaron en la casa de uno de los amigos de Crisdel, Luis.
Decidieron que saldrían a conocer la cuidad, así que una vez más se alistaron rápidamente. Por algún motivo Sergio se sentía más animado.
Era una ciudad muy hermosa, y de noche aun más. Habían luces por todos lados, así que estaba todo muy bien iluminado.
Estaban pasando frente a una pizzería... Entonces la vio.
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La Memoria Perdida.
Romance... Un pasado, una historia, Un... ¿Futuro? ____ 🔸️Historia inspirada 🔸️