Capitulo 2.- El reencuentro.

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Me estacioné frente a un local de comida, llamado "Jade of the orient".

Quedé hipnotizada por sus luces fosforescentes, las cuales adornaban la entrada.

El sonido de mi celular hizo que saliera de mi transe, sin prestar mucha atención contesté el celular.

- ¿Bueno?.- pregunté vagamente.
- ¡¿Se podría saber dónde estás?!.- gritó.

Miré el nombre del contacto, era mi representante. Había prometido ir a su casa, tendría que haber estado ahí hace dos horas. Era una reunión importante, podría cambiar mi carrera.

- John, escucha, no tengo tiempo para esto.- dije.
- ¡No me interesa si tienes tiempo o no!.- se escuchó un suspiro.- Te necesito, _______, tienes que estar aquí.
- Lo siento, me tengo que ir.- colgué el celular.

Una llamada entró a mi celular, contesté.

- ¡¿Qué quieres?!.- pregunté con cierta irritación.
- Iba a ir a tu casa y te iba a dejar tu plan de entrevistas para la próxima semana.- contestó mi asistente desde el otro lado de la línea.

Tallé mis ojos.

- Lo siento, solo he tenido un mal día.- miré fijamente la cicatriz de mi mano.
- ¿Se siente bien?, Puedo llevarle comida de su lugar favorito.- dijo. Reí.
- No te preocupes, estoy muy lejos.- suspiré.- cancela las entrevistas, probablemente esté fuera un par de días.
- De acuerdo.- se escuchó como hojeába unos papeles.- mantendré todo bajo control.
- Gracias.- colgué el celular.

Pensé un poco, aún estaba a tiempo para irme, pero, era una promesa, no podía traicionarlos.

Bajé del auto, pronto sentí el frío contra mi cuerpo.

(...)

Una mujer de rasgos asiáticos, se encargó de llevarme hasta un lugar más alejado de las personas. Al entrar, pude mirar a cada uno de los perdedores, pero a diferencia como la última vez que los ví, ahora había pasado 27 años, ahora eramos adultos.

Me senté en la mesa, bajo la mirada atenta de aquel grupo de adultos. Los examiné detenidamente, intentando descubrir como era que después de tanto tiempo los volvía a ver, si bien, no recordaba mucho, sabía que faltaba alguien, pensé durante unos segundos, y pronto, como si una voz ajena contestara mi pregunta, supe quien falta: hacía falta mi judío, Stan Uris. Decidí no tomarle importancia, pues ahora era un hombre y probablemente estaba ocupado.

Mi vista se encontró con la de Richie, fue como si en sus gafas se hubiera visto reflejado aquel chico, aquel bocazas que no paraba de hacer chistes sin sentido, pero que sin duda, te ayudaba a olvidar los problemas. Pronto regresé a la realidad, viendo al hombre de gafas, quién me miraba atentamente.

Mi mirada se posó en Beverly, mantenía su cabello rojo, solo que ahora no llevaba el cabello tan corto, sino que lo llevaba ondulado hasta los hombros, seguía siendo esa chica, rebelde y audaz. Aquella mujer me sonrió, no pude evitar regresarle el gesto.

Miré a Bill, fue irónico, casi irreal, no sabía cómo nunca había escuchado de el en los últimos años, siendo que el es escritor, yo sabía eso, pero era como si mi cerebro lo hubiera ignorado. Por un momento pensé en si seguía siendo tartamudo, preferí no preguntar.

Eddie, sin duda alguna, el era Eddie, seguía siendo el chico frágil, el chico que le tenía miedo a cualquier tipo de enfermedad, sus brazos se encontraban cruzados a la altura de su pecho, por su expresión, se encontraba preocupado.

Ben, por un momento dude en si era Ben, mi buen amigo Ben, pues no esperaba encontrarme con tal hombre. Ya no usaba ropa ancha para esconder su cuerpo, ahora, era muy diferente, su mandíbula era notoriamente marcada, al igual que su cuerpo.

Por último, miré a Mike, quién me miró atentamente a los ojos, seguía siendo Mike, el no había renunciado a esta realidad, el decidió quedarse, aferrarse a Derry, por un momento pensé en el motivo de sus ganas de quedarse, pues al recordar todo lo que sucedió en este lugar, hasta yo misma hubiera salido huyendo a la primera oportunidad.

- ¡Por Dios!, Mírate.- fue Richie quien rompió el silencio.

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Perdón por estar tan inactiva, solo que he tenido mucha tarea y problemas personales. Pronto saldré de vacaciones y prometo escribir mucho más seguido.

Espero y les haya gustado.

Atte: Beth.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora