No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/

Capitulo 36.- El proyector.

Comía cereal, Henry se había quedado a desayunar. Ninguno de los dos hablaba, después de lo que sucedió en la madrugada a ninguno de los dos nos apetecía conversar.

- tengo que irme.- dijo Henry.
Asentí.
El chico al ver que no recibía una respuesta de mi parte, simplemente besó mi cabeza y salió de la casa.

Camine por la casa. Mis ojos estaban entrecerrados y mi cabello desordenado.
Subí las escaleras y me recosté un rato más en mi cama. Mis ojos se cerraron y me volví a quedar dormida.

(...)

Me levanté rápidamente, miré el pequeño reloj de mi mesa de noche, 10:36 a.m., me incorporé rápidamente. Comencé a quitarme mi pijama.
Camine al baño y cepille mis dientes, mire mi cabello, lo peiné un poco y después coloque una gorra sobre mi cabeza.
Baje las escaleras, me puse los tenis en un abrir y cerrar de ojos.
Llene una botella con agua, tome un poco de dinero. Corrí a la puerta, retrocedí unos pasos para recoger mis llaves y después de eso salí de la casa.

Subí a mi bicicleta y comencé a pedalear.
Unas calles después, Richie y Stan se unieron a mi, así fue como empezamos el camino a la casa de Bill.

(...)

Estábamos en el garaje de Bill, colocaba un mapa de Derry en su pared. Colocaron un proyector y cerraron la puerta del garaje.
Tomé un gran sorbo a mi botella de agua, estaba realmente asustada. Mientras Bill le preguntaba a Ben por algo que debía de traer, yo simplemente buscaba un lugar donde sentarme, al final me senté en el piso.

- ahí, es donde G-Georgie desapareció.- apuntó Bill a un punto marcado en el mapa.
- todo está conectado a las cloacas.- comenté.
- y todo se vincula con..- dijo Bill.
- con el pozo.- terminó Ben.
- y la casa de la calle Neibolt.- comentó Stan.

Mis manos comenzaron a sudar, estaba realmente nerviosa.

- es la casa donde todos los drogadictos duermen.- comentó Richie.

Eddie utilizó su inhalador.

- odio es lugar.- dijo beverly.- siempre siento que están vigilando.- añadió.
- es donde vi a ese payaso.- dijo con dificultad Eddie.
- e-es donde vive eso.- dijo Bill.

Eddie utilizó por segunda vez su inhalador, se puso de pie.

- yo no quiero hablar de esto.- gritó eddie.- no puedo respirar, es verano, somos niños, no puedo respirar, tengo un ataque de asma. No voy a hacer esto.- arrancó el mapa de la pared.
- ¡pon ese mapa!.- ordenó Bill.
Eddie negó.

El proyector comenzó a cambiar de imágenes, enseñándo fotos de Georgie. Todas eran imágenes diferentes.
Me puse de pie, me posicione a un lado de Mike, quién se encontraba más alejado.

Nos mostró una fotografía donde estaban Bill y su familia, incluyendo a Georgie, pero el rostro de la madre de Bill era cubierto, por su pelirroja cabellera. Las imágenes siguieron cambiando, enfocando el rostro de Georgie. Cambió, ahora enfocaba el rostro de su madre, con el paso de las imágenes, simulaba como la melena de su madre se movía con el viento, siguió cambiando hasta que logramos ver algo claro. Era el payaso.

Nos acomodamos, quedé en medio de todos, quería correr pero no podía, algo me lo impedía.

- ¡apágalo!.- ordenó beverly.

Mike golpeó el proyector, haciendo que esté se cayera. La imagen se empezó a proyectar en otra se las paredes, de pronto, de la pared salió en payaso, mostrando un tenebrosa hilera de dientes, los cuales simulaban una sonrisa.

Todos comenzamos a gritar, Stan me abrazó y yo a él, esperaba mi fin lo antes posible.
El payaso se arrastró por el piso.

Justo en ese momento abrieron la puerta del garaje, la luz entró llevándose con si al tenebroso payaso.

Me senté en el piso retomando el aire. Abrace mis piernas, hasta que Eddie me obligó a ponerme de pie.

- eso nos vió, eso nos vió y sabe dónde estamos.- dijo Eddie.
- siempre lo supo.- dijo Bill.- h-hay que irnos.- añadió.
- ¿A dónde?.- preguntó Ben.
- a Neibolt.- respondió Bill.
- es verano, deberíamos jugar.- dijo Richie.
- si dices verano otra m-maldita vez.- no termino de decir Bill.

Tomó su bicicleta y se fue de allí.

Uno por uno se fueron llendo. También subí a mi bicicleta y comencé a pedalear, simplemente seguía a los otros, como un maldito perro asustado.