Capitulo 35.- Madrugada.

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No supe a qué hora me había quedado dormida.Cuando abrí lentamente los ojos, Henry aún estaba allí. Su ceño no estaba fruncido, era realmente tierno.

Me levanté lentamente, intentando no despertar a Henry. Cuando me incorporé me dí cuenta que aún era de noche, mire el pequeño reloj de mi mesa de noche, 2:44 a.m., me levanté de la cama, baje al primer piso. Camine hasta la cocina y encendí la luz.

Tomé un vaso de cristal y comencé a llenarlo de agua, bebí el agua del vaso. Frotaba lentamente mis ojos. Dí un pequeño salto al escuchar el teléfono sonar, entre el silencio que se apoderaba de la casa, era un ruido inquietante. No quería contestar, pero si no lo hacía seguiría sonando y probablemente despertaría a Henry.
Deje sobre la mesa el vaso, a paso lento me acerque al teléfono, cuando por fin lo tomé, sentí como un escalofrío recorre todo mi cuerpo, lleve el teléfono a mi oreja.

- ¿Hola?.- pregunté.

Nadie contestó, solo se escuchaba lo que parecía ser la respiración de alguien.

- ¿Hola?.- repetí.

Esta vez se escuchaba algo más, se escuchaba lo que parecía ser interferencia.
Me comencé a preocupar.

- si esto es una broma, juro que no está siendo divertida.- advertí.
Nadie contestó.

El vaso de cristal se cayó haciendo un gran ruido. Brinqué y voltie. El lugar se había vuelto más oscuro de lo normal.
Sentí como un líquido caliente se escurría por mi brazo, al voltear mire como del teléfono salian litros de sangre. Solté el teléfono, la sangre se empezó a esparcir por el piso. Intente gritar pero no pude, simplemente fue como si alguien me hubiera tapado la boca. Retrocedí rápidamente, sin quitar la vista del teléfono sangriento. Retrocedí hasta que choqué contra algo, di media vuelta y lo ví, era el payaso. Eso, que nos atormentaba a todos. Cerré los ojos y cuando los volví a abrir vi al maldito asesino de mi padre. Comencé a llorar. Eso, se empezó a acercar a mi, intentaba alejarme, tropecé y caí sobre los vidrios, sentí como los pequeños pedazos de vidrio se enterraban en la piel de mis brazos. Solté un pequeño grito, seguí arrastrándome hasta llegar a la puerta donde guardabamos las cosas que no se ocupaban en ese momento. La abrí y cerré la puerta rápidamente, me apoyé el la puerta, sentía como de mis brazos escurría sangre, lloraba, llevé una mano a mi boca intentando callar los sollozos. Intente retomar el aire. Justo en ese momento sentí una mano sobre mi hombro, entre la oscuridad vi lo que parecía ser la complexión de un hombre.

Se acercó a mí y puede mirarlo mejor, era mi padre o al menos la versión que eso me quería mostrar. Abrí la puerta rápidamente, caí al suelo. Mi "padre" se acercaba a mí. Lo único que decía era "flotarás"
Cerré mis ojos fuertemente.

Unas manos rodearon mi cuerpo, grité e intenté separarme.

- tranquila.- murmuró.

Abrí los ojos, vi a un Henry dormido. También se veía muy asustado.

- ¿qué te sucedió?.- me preguntó.

Seguía llorando.

- ¿cómo se que eres tú?.- cuestioné.
- si no soy yo, entonces quien sería, tonta.- dijo el chico.

Supe que era él.

-¿Qué sucedió?- volvió a preguntar.
- el payaso, la sangre, el vaso.- dije rápidamente.

Henry no dijo nada más, solo me abrazo fuertemente.

- vamos, tenemos que limpiar tus heridas.- dijo.- sube al baño, yo juntaré los vidrios.

Asentí y subí las escaleras.
Entré al baño, comencé a lavar mis brazos, quitaba los pequeños pedazos de cristal enterrados.

Escuché una pequeña risa, mire a través del espejo, era el payaso. Volteé pero no había nada.

Henry subió las escaleras.

- vamos, tienes que dormir.- dijo mientras ponía su mano en mi espalda baja.

Caminamos hasta mi cuarto. Nos recostamos. Henry me abrazó.

Sentía la respiración de Henry en mi nuca, era calida. Con el paso del tiempo me terminé quedando dormida.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora