Capitulo 56.- Promesa.

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Ya era septiembre.
Todo esté tiempo lo disfruté con mi amigos, salimos juntos, comimos, jugamos, reímos.

Al principio fue difícil.
Henry fue hallado culpable de todo los crimenes.
Estaba en el patio trasero, jugando con una pelota.

El teléfono sonó, fuí a contestar.

- Hola, quiero hablar con ________- dijo del otro lado.
- ¿Henry?.- pregunté.
Se escuchó un suspiro.
- Hola, no tengo mucho tiempo, así que seré breve. Lo siento, siento mucho haberte causado algún tipo de daño.- se hizo una gran pausa para escuchar como alguien sollozaba.- Te amo, ________, no sabes cuánto. Antes de ti, no era nada, no tenía nada. Tengo miedo.- dijo.
- Henry, lo siento, siento no poder  haberte ayudado. Eres fuerte, Henry, mantente así, encuentra la luz al final del túnel. Confío en ti, sé que eres bueno.- dije.

Los sollozos se siguieron escuchando.
- Tengo que irme.- colgó.

(...)

Caminé con aquellos chicos, fuimos a uno de nuestros lugares favoritos, pues podías ver las vías del tren y como los trenes pasaban.
El lago era hermoso.

- Solo recuerdo partes.- dijo Beverly.- pero, creí que estaba muerto, así se sentía, nos vi a todos nosotros juntos en la cisterna, pero éramos adultos, de la edad de nuestros padres.
- ¿Q-Qué estábamos haciendo?.- preguntó Bill.
- Solo recuerdo lo que se sentía, lo asustados que estábamos, no creo que pueda olvidar eso.- dijo al borde de las lágrimas aquella pelirroja.

Bill se puso de pie y recogió un trozo de cristal.

- Juren que si eso, no está muerto, si es que logra volver, también regresaremos.- pidió Bill.

Nos fuimos poniendo de pie, uno por uno.

Bill con el cristal comenzó a cortar nuestra palma de la mano.
Cuando me cortó, fue una sensación diferente, un ardor de promesa, un ardor de valentía.

Juntamos nuestras manos, formando un círculo, un pacto de sangre, inigualable, irrompible.

Antes de que se fueran, saqué una cámara que mi madre me dijo que podía usar para tomar fotos, como lo había estado haciendo los últimos días.

- Una última foto, por favor.- dije.

Nos acomodamos y con una sonrisa, tomé la foto, tendría recuerdos de mis amigos.

- Ya me voy.- dijo Stan.- Te odio.- le dijo a Bill, para después sonreir, contagiando su alegría.- espero verte pronto, ________, no me olvides.
- No lo haré.- dije con una sonrisa.

Cada uno se fue llendo poco a poco.

(...)

Subí al auto, mi madre subió al auto y le dió un último vistazo a la casa.
Sin hablar puso en marcha el auto.

Salimos del pueblo, tomando la carretera principal.

Comencé a llorar, al recordar, todo los buenos y malos momentos que había pasado con mis amigos.
Era difícil pensar que ellos ya no estaría conmigo.
Pensar en que ya no tendría que ayudar a Bill con su tartamudeo, no tener que hablar con Beverly sobre cosas de chicas, no pasear con Mike, no escuchar las conversaciones históricas de Ben,   ya no escuchar todos los nombre de aquellas aves con Stan, no comer frituras con Richie o no escuchar su diferentes tipos de voces o chistes, o no escuchar las pláticas sobre gérmenes de Eddie.

Sería difícil empezar de cero, pues con ellos aprendí que es la amistad, también aprendí que no está mal ser un perdedor, curaron mis heridas y ahora otras se habían abierto.

Llevaba a esos siete perdedores en el alma. Era una perdedora, un miembro del club de los perdedores.

Era ________, una chica sencilla, con siete amigos perdedores, era feliz, y ahora, sin darme cuenta, comencé a olvidar, como si no supiera ni siquiera quién era o cuál vinculo afectivo tenía con Henry, pero aún así, intentaba aferrarme al recuerdo de aquellos siete chicos, que sin darse cuenta, habían cambiado mi vida. Por eso y más, los amo y siempre lo haré, hasta la próxima, mis queridos amigos, hasta la próxima, mi querido Derry.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora