Capitulo 47.- No me gustas.

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Me levanté rápidamente, salí de mi cuarto, directamente a la cocina, mi garganta estaba seca.

Pude mirar el reloj, 9:36 a.m.
Tomé un vaso y lo llene de agua.

Me senté en una silla.
Cuando termine de tomar en agua, decidí volver a subir a mi cuarto. Me recosté, no tenía nada que hacer hoy, así que podía estar en cama todo el día.

(...)

Alguien estaba tocando la puerta.
Aún en pijama baje al primer piso, donde abrí la puerta.
Me encontré con un Stan, bien vestido y en sus manos había un bolsa.

- hola.- dije.- pasa.

El chico entro a la casa.

- traje galletas, mi madre volvió a hornear.- habló por fin él.

Me extendió la bolsa, la tomé y la dejé sobre la mesa.

El chico rascó su nuca
-¿es cierto?.- preguntó.
- ¿Qué cosa?.- pregunté.
- Richie me dijo que te gustaba, ¿es cierto?.- Preguntó él chico.

Cerré los ojos. No podía creer que Richie le dijo a Stan que me gustaba, aún que era de esperarse de un bocazas como él.

- mira Stan.- dije.- eres lindo y buena persona, pero no me gustas, me gusta alguien más, lo siento.
- oh, descuida, no hay problema.
- ¿Seguro?.- pregunté.
- seguro.- el chico frotó sus manos contra su pantalón.- me preguntaba si querías salir a pasear por allí, ya sabes, como somos amigos, deberíamos divertirnos juntos.- dijo.
- bien, tan solo déjame cambiarme.- respondí.

El chico solo asintió como respuesta.

Corrí a mi habitación, donde me cambié rápidamente.

Cuando baje las escaleras de nuevo, mire a Stan.

- vamonos.- dije.

El chico salió junto conmigo de la casa.

(...)

No teníamos destino alguno, pero nos estaba gustando vagar sin rumbo. Stan de vez en cuando me decía algunos tipos de pájaros, no sabía mucho de las aves, pero, estaba bien con él.
Me gustaba mirar su sonrisa y aún que al principio se enojó, me dejó jugar con sus rulos.

(...)

Llegamos a una cafetería, donde pedimos dos malteadas.
Stan de cierta manera me hizo comprender que no estaba del lado de Bill, no porque no lo quisiera o algo así, si no porque sus miedos lo estaban dominado, sus miedos lo iban a enterrar vivo, el era más débil que sus miedos.

(...)

Él y yo regresamos a mi casa, donde el chico me dejó, para después irse.

Había sido una tarde increíble, pero debía pensar en un futuro, debía pensar en que si bien, extrañaba a mis amigos, no era lo mismo estar con cada uno de ellos por separado.

Extrañaba al club, extrañaba las tardes llenas de risas, bromas malas y conversaciones sin sentido. Extrañaba los viejos tiempos, extrañaba al club, al club de los perdedores.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora