No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/

Capitulo 1.- La llamada.

Caminé por el lugar, hasta llegar a mi camerino.

- Necesito un retoque.- hablé.

Me senté en la silla.
La maquillista tomó una brocha y comenzó a retocar mi maquillaje.

- ¿Nerviosa?.- preguntó.
- Un poco, pero solo es una entrevista más.- dije.
- ¿Qué?, No es solo un entrevista, estás nominada a mejor actriz del año. Esa película, donde actúas, es increíble, mi hija la ve todos los días.- dijo.
- Por cierto, ¿Cómo está Nancy?.- pregunté.
- ¿Cómo crees que está?, Es una adolescente. Pensaba en hacerle una fiesta, ya sabes, por su cumpleaños, pero dijo que hoy en día nadie festeja sus cumpleaños.- aplicó un poco de sombra en mis párpados.
- Como cambian las generaciones. Dile que si hace la fiesta, ahí estaré.- dije.

Me puse de pie, ya había terminado mi retoque.

Salí y pronto llegó mi asistente.

- El auto ya la espera afuera.- dijo mientras contestaba su celular.

Salí y subí al auto.

El camino fue calmado. Cuando llegamos, entré.

- Es un gusto tenerla con nosotros.- dijo.
- El gusto es mío.- dije con una sonrisa.

(...)

- Dígame, ¿Qué es lo más difícil que vivió en su adolescencia?.- preguntó la entrevistadora.

Me tomé un minuto para recordar, en parte fue frustrante, pues no recordaba mucho.

- Diría que fue la muerte de mi padre.- dije.
- ¿Y cómo lo superó?.- preguntó.

Intenté volver a recordar, no podía, no recordaba como había superado la muerte de mi padre, no recordaba nada.

- No lo sé.- respondí vagamente.- ¿Podemos tomarnos un descanso?

Las camarógrafos dejaron de grabar. Me puse de pie y salí del lugar, necesitaba aire fresco.
Tomé una botella de agua y le dí un gran sorbo.

Mi estómago se retorció y no pude aguantar las ganas de vomitar.
Me agaché y vomité.
Mi asistente llegó, pude ver sus botas.
Un dolor de cabeza se apoderó de mí, haciendo que llevara una mano a mi cabeza.

- Señorita _________, hay alguien que quiere hablar con usted.- dijo.
- No tengo tiempo, estoy muy ocupada, consígueme medicamento para este dolor de cabeza.
- Dice que es urgente.- dijo la muchacha.
- ¡Pues dile que estoy ocupada!.- grité.
La muchacha retrocedió.
- Lo siento, solo consígueme el medicamento, no me siento bien.- cerré los ojos.
- Enseguida se lo traigo.- me sonrió.
- Espera.- dije. La chica volteó.- cancela la entrevista, no estoy bien.
La chica tecleó algo en su tableta y se fue.

(...)

- ¿Quieres qué me quede contigo?.- preguntó.
- No, mejor vete a casa, estaré bien.

La chica se fue, dejándome sola.

Caminé por mi departamento.
Entré a mi baño y me quité la ropa. Comencé a llenar la bañera, cuando esta se llenó, me metí.

Me mantuve ahí, intentando relajarme, hasta que él teléfono de la casa comenzó a sonar.

Pensé en levantarme y contestar, pero el teléfono dejó de sonar,  rápidamente volvió a crear ese ruido, hueco e irritante.

Me levanté, me envolví en una bata y caminé hasta el teléfono.

Lo tomé.

- ¿Hola?.- pregunté.
- Hola, ________, soy Mike, Mike Hanlon.

(...)

Observaba detenidamente la cicatriz de mi mano, era increíble como la había estado ignorando durante 27 años.

Me puse de pie y comencé a preparar mis maletas. Cuando terminé. Tomé mis llaves y salí del lugar.

Manejé, había hecho una promesa y ahora era momento se cumplirla.

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Espero y les guste.

Atte: Beth.