Capitulo 19.- El beso.

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Después de esa tarde con Richie y Eddie, la cual había sido muy emocionante, tuve que regresar a mi casa sola. Por alguna extraña razón hacía más frío de lo normal y la calle se encontraba realmente oscura, provocando horribles sombras, el frío aire chocaba con mi rostro, sentía como mis piernas temblaban. Caminaba rápidamente, quería llegar a mi casa y poder dormir una vez por todas.
Seguía caminando hasta que sentí unos brazos rodear mi cintura y jalarme en dirección de esa persona. Un grito salió de mi boca, la persona que me había tomado soltó una carcajada y después me volteo a su dirección. No veía bien por la oscuridad, pero por la complexión física, sabía que se trataba de un chico y ese chico era Henry.
- estúpido- le dije mientras golpeaba su hombro.
- calma, pero no puedes caminar sola de noche, ¿recuerdas qué hay un asesino suelto?- dijo el.
- si, lo se, pero tengo que llegar a mi casa antes de que me congele, así que adiós- respondí.
Antes de que me pudiera ir, Henry paso uno de sus brazos por mis hombros y me atrajo a el. Después de eso prendió la linterna que le di ayer.
Caminamos en silencio hasta mi casa. En el camino el acariciaba mi hombro.
Cuando llegamos lo invite a pasar, el accedió, entramos por la ventana, no me podía arriesgar a qué mi madre lo viera.

Una vez en mi habitación, cerré la puerta y encendí una lámpara.
Camine a mi cama y me arrope, después de unos segundos Henry me imitó.
La verdad es que yo no sentía que Henry fuera esa persona que todos decían que era, pero por las dudas intentare no hacer algo que lo haga enfadar.
Estuvimos así un rato, después de unos minutos, lo abrace, su corazón latía rápidamente y su pecho subía y bajaba, el se incorporo al abrazo colocando su brazo en mi espalda, donde dejaba caricias.
Después de unos segundos me separé y lo mire a los ojos, esos ojos de siempre, que no reflejaban al chico malo de toda la escuela, si no a alguien tierno pero a la vez vulnerable.
Mire mi reloj, 8:34 p.m.
Había pasado mucho tiempo.
Me levanté de la cama, Henry me miraba confundido.
Camine por la habitación, hasta que llegue a una pequeña caja. La caja era de madera y tenía pintadas pequeñas flores blancas.
Me senté en el piso, Henry se acercó y se sentó frente a mi.
Saque una pulsera, la cual había hecho para un amigo pero nunca se la entregué.
La inspeccione unos minutos, después tomé la mano de Henry, su mano temblaba y estaba sudorosa. Coloque la pulsera en su muñeca, el la miraba con un brillo en los ojos.
- mientras tú uses esa pulsera, yo estaré contigo- dije con una sonrisa en la cara.
El chico miro la pulsera, luego me miro a mi y por último vio el reloj.
Se levantó de un salto y me ayudó a levantarme, me abrazo.
- gracias por la pulsera, pero es hora de que me vaya- dijo el chico.
Asentí en respuesta.
Como ayer, el salió por mi ventana, pero a diferencia de ayer, no fue un simple abrazo.
El chico se acercó a mi, paso su mano por mi cabello y la colocó en mi mejilla, lo miraba a los ojos, el miraba mis labios. En cuestión de segundos el me beso.
No lo aparte, solo le seguí el beso torpemente.
Después de eso, el se fue con una sonrisa.
Yo me recosté en mí cama, sintiendo como mi corazón latía y como mi estómago se revolvía.
Después de unos minutos me quedé dormida pensando en que, había besado al chico que molesta a mis amigos.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora