Capitulo 26.- Bowers en problemas.

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Una vez llegué a mi casa, abrí la puerta lentamente, como de costumbre dejé mis zapatos a un lado de la puerta, después deje las llaves en una pequeña mesa que había en la sala y camine hasta el piso de arriba.
Camine al baño. Me desvestí cuestión de segundos y entre a la ducha, abrí el agua fría y sentí como corría por mi cuerpo. Limpie la palma de mi mano y después retomé mi ducha rápida.
Cuando termine me envolví en una toalla, camine hasta mi cuarto, de mi cajonera saque ropa interior y mi pijama, unos shorts grises y una camiseta ancha.
Camine hasta la cocina, donde tome un vaso y los antidepresivos de esa hora. Me las tomé y dejé el vaso sobre la mesa.
Subí las escaleras y cuando entre a mi cuarto, mire a través de la cortina la silueta de lo que parecía ser un chico. Camine hasta la ventana y mire por un pequeño hueco. Era Henry.
Mi ceño se frunció y camine hasta mi cama, me recosté de lado, dispuesta a dormir, no quería verlo.
El chico tocó la ventana.
- se que estás despierta, ______.- dijo el chico desde el otro lado.
Al escuchar su voz supe que algo no estaba bien.
Camine hasta llegar a la ventana y la abrí. El chico pasó por la ventana y camino hasta sentarse en la cama. Había algo diferente en el, yo lo presentía.Encendí la luz, y fue ahí cuando lo noté, tenía moretones por todo el cuerpo.
Mi plan era enojarme con el, por haber lastimado a Ben, pero al ver a un chico tan lastimado y vulnerable, me sentí mal por el y preferí no abrir la boca.

- espera aquí.- dije.

Salí directo a el baño, tome el pequeño botiquín que mi madre había comprado por precaución (aún que todos sabíamos que esa preocupación era por mí)

Lo deje en la cama y volví a salir de la habitación. Camine hasta la cocina, tome un vaso y lo llene de agua, después tome un poco de sopa que mi madre había preparado para mí días antes de irse.
Subí las escaleras.
- ¿que quieres hacer, primero, comer o bañarte?.- pregunté desde el marco de la puerta.
El chico se levantó de la cama.
- me ducharé.- dije en un hilo de voz.
- no, prepararé una tina para ti, después podrás comer.

Camine hasta el baño, comencé a llenar la tina hasta que está quedó casi llena.
Del cuarto de mi madre saqué una caja en la cual había diferentes tipos de ropa que mis primos habían olvidado una vez en nuestra antigua casa. Algo debía quedarle.
Comencé a sacar ropa, pantalones de mezclilla, camisetas para eventos formales, hasta que encontré lo que buscaba. Tome un pantalón largo de pijama, (probablemente le quedaría grande pero no había problema), una camiseta azul marino, también tome un par de calcetines y un bóxer.
Camine hasta el cuarto.

- quítate la ropa, solo queda en ropa interior.- dije.
Henry obedeció.
- vamos, yo te bañare.- dije.
El chico no dijo nada, simplemente camino hasta llegar al baño.

El chico entro a la tina sin hacer mucho ruido, solo entro y no dijo nada.
Deje la ropa de un lado y comencé a bañarlo.
Limpiaba su cabello e intentaba no tocar sus moretones.

- listo, hen, que te parece si me cuentas lo que sucede.- dije en un tono calmado.
El chico levantó la vista y después negó repetidas veces.

- bien, te dejo para que te cambies.- dije.
Deje un beso en su hombro y salí del baño.

Pasaron unos minutos hasta que por fin salió el chico. Su vista aún seguía triste, pero ya no lucía tan mal.Se sentó a comer. Me pidió que me sentara a un lado de el.
Mientras el comía yo peinaba su cabello.

- ¿te enteraste de lo que sucedió?.- dijo de repente.
- de Ben, claro que me enteré, pero eso no es lo importante por el momento, solo quiero saber quién te golpeó.- dije mientras acomodaba un mechón de cabello  tras su o oreja.
- mi padre, perdí su navaja.- dijo el chico.
No sabía que decir, así que preferí no decir nada.
El chico termino de comer.
Cure cada una de sus heridas, se recostó en la cama.
El chico tenía esa vista triste, pero había un brillo en su mirada, por más que intente adivinar a qué se debía ese brillo, no lo conseguí.

Me recosté con el, y como si de un niño pequeño se tratase se dio media vuelta, dándome la espalda.

- ¿me puedes abrazar?.- preguntó el chico.

Sentí que mi corazón se rompía.
Cuidadosamente lo abrace, sentí como el chico sollozaba y se aferraba a mis brazos, en ese momento yo era su única protección.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora