No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/

Capitulo 15.- Rumores.

Viernes, quién no amaba los viernes. En este caso yo los amaba porque vería a mi madre.
Caminaba a mi casillero, murmullos se escuchaban por todo el pasillo. Abrí mi casillero y una pila de papeles doblados cayó al suelo. Los mire con un nerviosismo en mi ser, todos en el pasillo me miraban. Saque el libro que ocupaba para la clase de química. Recogí algunos papeles rápidamente, mire como en algunos la caligrafía cambiaba pero la mayoría decía cosas como "perdedora", "adicta" o "drogadicta". Los arrugue de nuevo y los metí en el casillero, mire la sudadera que estaba en mi casillero desde el día de detención. Cerré mi casillero y camine a paso apresurado al aula.
Cuando llegue, los adolescentes a mi alrededor seguían murmurando.
Me senté a un lado de Stan, el chico con sus ojos abiertos, me tomó de los hombros. Después me enseñó la causa de los murmuros.
Tenía un papel en la espalda el cual decía "propiedad de Henry Bowers."
- ¿es cierto?- preguntó Stan.
- ¿de que hablas?- pregunté.
- ya sabes, los rumores- murmuro.
- ¿los que?, Vamos cuenta- pedí.

Stan me contó todo rumor sabía.
Me contó que se decía que yo estuve con Henry Bowers.
Y que muy probablemente ya toda la escuela lo sabía.
Las clases pasaron rápido, realmente no preste atención, solo podía pensar en quien empezó los rumores.

Ahora estaba lista para irme, si no hubiera sido porque ocupaba un estúpido cuaderno que estaba en mi casillero todo abría acabado.
Camine a mi casillero sola, dije a mis amigos que se fueran, mi madre pasaría por mi (mentira).
Doble en el pasillo y lo vi. El chico desarreglado que atemorizaba a los chicos, y como siempre estaba acompañado de sus amigos. Había platicado con Víctor, sabía que el más alto se llamaba Patrick, se veía como un psicópata. El otro chico no tenía ni idea de cómo podría llamarse.

Estaban a un lado de mi casillero, como de costumbre, en otro caso, abría cruzado miradas con Henry, pero está vez pase con la mirada en el piso.
Saque el libro y lo metí en mi mochila. Estaba por irme, cuando alguien me toma del brazo. Ese alguien era Henry.
Tenía esa sonrisa burlona, pero sus ojos reflejaban confucion y suplica.
- ¿A dónde vas?- preguntó.
- no te incumbe- respondí de la manera más fría posible.
Desvió la mirada al reloj que estaba en el pasillo.
- creo que tus hora de tomar tu pastilla está cerca- hizo una pausa.- ¿Y tus pastilla?.
- se me olvidó- respondí.
El sabía mis horarios de medicamentos, sin duda es un maldito acosador.
- bien, se que tú bicicleta, por alguna extraña razón amaneció ponchada- dijo con su sonrisa.

Espera, el poncho mi bicicleta, es un maldito imbécil.
- te llevaremos a tu casa- dijo mientras me comenzaba arrastrar por el solitario pasillo.
- ni de loca me voy con ustedes- respondí.
Pero pareció no inmutarse, seguía arrastrándome.
Me tiré al piso esperando a que eso lo detuviera. Pero no fue así. El chico que no sabía cómo se llamaba se acercó a mi y como si de un costal se tratara me cargó en su hombro.
Ni de loca iba a dejar que mi madre me viera llegar con cuatro chicos.
Pateaba al chico, pero parecía no importarle. Llegamos hasta un auto. El momento en el que me iban a subir al auto, patie a uno de los chicos en el estómago.
Henry que miraba todo incrédulo, se acercó a mi y me tomó del brazo. Me solté de su agarre y comencé a correr.
Solo escuché como Henry gritaba "que no escape"