Cuando llegue a mi casa, seguí la misma rutina: quitarme los zapatos, dejar las llaves sobre la mesa y subir a mi cuarto.
Me recosté, estaba cansada, física y mentalmente. Cerré los ojos, intentando acomodar mis pensamientos.
El teléfono sonó, abrí rápidamente los ojos.
Estaba asustada, no sabía se era eso, mi madre o alguno de los perdedores.
Me levanté de la cama, baje las escaleras. Descolgué el teléfono.
- ¿Hola?.- pregunté asustada.
- cariño, al fin respondes, te estuve marcando desde hace dos horas, ¿Dónde estabas?.- preguntóSuspiré, el hecho de que no fuera una broma y por fin poder hablar con mi madre me tranquilizaba.
- salí a comprar algo para comer.- mentí.
- bien.- dijo mi madre.- solo llamaba para saber cómo estabas.
- estoy bien.- dije en un hilo de voz.
- cariño, puedo saber que no estás bien.Comencé a llorar.
- mami, tengo miedo.- dije.
- ¿sucedió algo grave?.- preguntó preocupada.
- no, solo, solo tengo miedo.- dije.- pero no importa.- seque mis lágrimas.- como sigue la abuela.
- ella está bien, bueno dentro de lo que cabe está bien. Te extraño mucho.- dijo.
- yo también, mami.- dije.
- tengo que irme, tu abuela te manda saludos.- dijo mi madre.- te amo.- añadió.
- y yo a ti.- dije.Colgué el teléfono.
Subí las escaleras. Una vez en mi cuarto, tomé un libro, no tenía una mejor cosa que hacer y no quería salir.
El libro era interesante, pero me aburrí al terminar el primer capítulo. Deje el libro por allí y me puse de pie.
Me apoye en el marco de mi ventana, miraba atentamente el cielo grisáceo casi en su totalidad y las nubes parecían ser manchas perfectas de pintura blanca esparcida sin ningún objetivo, como si el cielo fuera el lienzo de un gran pintor y solo lanzaba pintura al azar.Seguí mirando el cielo, hasta que sentí como mi estómago rugía.
Baje las escaleras, cuando llegue a la cocina tomé lo que necesitaba para hacerme un sandwich.
Cuando termine de hacerlo, guarde todo en su lugar.
Una idea paso por mi cabeza, así que decidí seguirla. Subí al techo de la casa.
Comía mi sandwich, había traído una vieja radio y unos cuantos cassettes que solíamos escuchar en los viajes.
El viento chocaba contra mi cara, inhalaba profundamente, llenando mis pulmones con el fresco aire.Me recosté en el techo, mirando fijamente el cielo.
La música, el viento y el cielo, creaban una sintonía exquisita.
(...)
Abrí los ojos, mire el cielo: oscuro con estrellas.
Me senté rápidamente, me había quedado dormida en el techo.
Tomé la radio y baje del techo, entre a mi habitación.
Me recosté en mi cama, intentando volver a dormir.
Pero el recuerdo de que mis amigos estaban peleados me atormento.
Estaba segura de que Henry probablemente no vendría hoy o si ya lo hizo ya no vendría de nuevo.
Me levanté de la cama. Me senté en mi escritorio, saque una hoja y un lápiz, comencé a dibujar.
Realmente no dibujaba, solo hacia garabatos en la hoja.
Pensaba en que podía hacer mañana, ya que el club se había separado y no saldrían juntos. Una idea loca paso por mi cabeza, podía unirme a la banda de Henry, rápidamente negué, yo no era, ni servía como bravucona.Después de lo que pareció ser media hora, el sueño se apoderó de mí de nuevo.
Camine a mi cama, me acosté y me arrope. Cerré los ojos y sin más me quedé dormida.Cómo prometí aquí están los dos capítulos.
Adiós...
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No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/
Fanfic[NO SE ACEPTA NINGÚN TIPO DE PLAGIO] Dónde _____ se muda a Derry con su madre en busca de una mejor vida tras la muerte de su padre. Pero, ¿qué sucederá ese verano?. Después de que por obra del destino conociera a esos seis chicos y una chica que se...