Capitulo 45.- Día con un bocazas.

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Me levanté al escuchar los sonoros golpes en la puerta de entrada.
Abrí los ojos lentamente, Henry ya no estaba.

Tallando mis ojos me levanté de la cama y camine a las escaleras.

Abrí la puerta lentamente, cerré los ojos al encontrarme con el sol brillante. Espere unos segundos después los abrí, me encontré con el chico de gafas, antes de poder decir algo, Richie entró a mi casa.

- bien, tienes 15 minutos para cambiarte.- dijo el chico para después sentarse en una silla.
- Richie, es muy temprano, creo que debes regresar a tu casa.- dije.
El chico rió durante unos segundos.
- ¿temprano?, Amiga mía, creo que tu medicamento te derritió el cerebro, son las 11 de la mañana, y no, no regresaré a mi casa, ya estoy aquí.- dijo.

Miré el reloj de la cocina, efectivamente eran las 11.

- bien, espera aquí, me cambiaré.- dije.

Subí las escaleras, cerré la puerta de mi cuarto. Busque algo que ponerme.
Decidí ponerme un pantalón holgado, una camiseta azul y mis tenis. Estaba recogiendo mi cabello cuando Richie tocó la puerta.

- vamos, no tardes, nos esperan en mi casa, mi madre te invito a comer.- dijo del otro lado de la puerta.

En la mochila dónde estaban los cómics, metí mi pastillero, junto a una botella de agua. Camine a mi cajón y tomé un poco de dinero.

Abrí la puerta y camine al baño, limpié mi cara y cepille mis dientes.

Baje las escaleras con la mochila en hombros. Antes de salir de casa el teléfono sonó.
Lo tomé.

- ¿hola?.- dije.
- hola, cariño. No puedo hablar por mucho tiempo, solo quería decirte que me quedaré más tiempo aquí, te envié dinero, por favor, no le abras a desconocidos.- dije.
- lo sé, mamá. Me tengo que ir, te amo.- dije.
- te amo.- dijo mi madre.

Colgué el teléfono.

- ¿Quién era?.- Preguntó Richie.
- mi madre.- respondí.
- ¿Qué quería?.- Preguntó.
- nada, Richie, nada.- respondí.

Salimos de la casa.
Cada uno iba en su bicicleta, el aire fresco contra mi rostro se sentía de maravilla.

(...)

Llegamos a la casa de Richie.

- bienvenida, señorita.- dijo Richie mientras abría la puerta.

Pasé a la casa.
Una señora cocinaba.

- mamá, ya llegamos.- comentó Richie.

La señora se dió la vuelta. Una sonrisa estaba en su rostro.

- bienvenida, cariño.- dijo.- la comida estará en unos minutos.
- bien, estamos en mi cuarto.- dijo Richie.

Richie me tomó de la mano, subió las escaleras.
Abrió la puerta de su habitación.

Había ropa, juguetes, cómics, y algunas latas de refresco en el suelo. Su cuarto era muy desordenado, pero no me causaba ningún tipo de incomodidad.

- ¿Qué quieres hacer?.- Preguntó Richie.
- no lo se.- respondí.

Estuvimos en silencio durante unos segundos.

- ¿Has visto a Eddie?.- me preguntó Richie.
- no, ¿Y tú?.- contesté.
- si, tiene un gran yeso en el brazo.- dijo.
- me imagino.- respondí.

Volvimos a quedar en silencio.

- así que sales con Henry.- rompió el silencio.
- ¿Qué?, No, eso sería una locura.- dije.
- entonces estás soltera.- Preguntó.
- creo que si.- mentí.
- pensé en lo del otro día, creo que te gustó, digo, no te culpo, con esta cara, enamoraría a cualquiera.- dijo el chico.- podríamos intentarlo, tener una relación.- dijo.

No sabía que responder, el chico se fue acercando poco a poco a mí, sabía que me iba a besar.
Me puse de pie.
- me gusta.- quedé en blanco.
- ¿Quién te gusta?.- Preguntó Richie mientras se ponía de pie.
- me gusta.- pensé unos segundos.- Stan.

Me sentí estúpida al decir ese nombre, entre tantos que podía escoger escogí a Stan.

- ¿te gusta el judío?, No lo creo, debe de ser porque ya es un hombre, escuché que a las mujeres les gustan los hombres mayores.- dijo Richie.

Antes de poder decir algo, la madre de Richie nos dijo que la comida ya estaba lista.

Bajamos las escaleras y tomamos asiento.
Comíamos en silencio.

- así que te estas quedando sola.- dijo la madre de Richie.
- así es, mi madre se fue a cuidar a mi abuela.- dije.
- ¿y tú padre?.- preguntó la señora.

Richie tragó su comida. Recogió mi plato y el de él.

- quisieramos quedarnos, pero, tenemos que irnos ahora, ¿verdad?.- dijo Richie.
- si, tenemos que irnos.- afirmé.

Richie me tomó de la mano.
- bueno, adiós, mamá.- dijo.

Salimos de la casa.

- ¿estás bien?.- me preguntó Richie.
- claro.- dije.
- vamos, se que no estás bien.- me abrazo.

Lo abracé, después de unos segundos me aparte.

- ¿nos vamos?.- pregunté.

(...)

Llegamos al arcade. Un lugar que de seguro estaría lleno de adolescentes hormonales y olería a sudor y papas fritas.

Entramos al lugar, efectivamente olía como lo había imaginado.
Mire cada espacio del lugar.
Richie pasó un brazo por mi cuello.

- vamos, te divertirás.- dijo.

(...)

Al parecer era buena en los videojuegos. Logré ganarle una vez a Richie, me sentía realmente orgullosa de mi misma.

(...)

Ahora estábamos sentados afuera del lugar, pues Richie había peleado con el encargado y nos echaron de ahí.

Comíamos papas fritas y cada uno tenía su lata de refresco.

Richie hacia sus típicos chistes o contaba anécdotas graciosas, yo solo reía o contestaba algunas de sus preguntas.

Cuando terminamos, decidimos ir por allí.

(...)

Estábamos en un puente. Caminábamos con nuestras bicicletas a un lado de nosotros.

Estábamos bien, hasta que llegó el auto que tanto miedo causaba a los perdedores de Derry, era el auto que la pandilla de Henry utilizaba para pasearse por allí.

De este bajaron los tres chicos.

- vaya, creí que fue claro. No te quiero con este bocazas.- me gritó Henry.

Richie intento correr, pero Victor lo alcanzó.
Victor comenzó a golpearlo.

- ¡déjalo en paz!.- grite.

Belch el chico más grande, tomó mi bicicleta y la subió al auto.

- Victor, vámonos, ahora.- ordenó Henry.

Victor dejo de golpear a Richie y subió al auto.

Henry me cargó como si de un costal se tratara. Me obligó a subir al auto.

- espero y entiendas, no puedes estar con ese perdedor.- me ordenó.

Yo no dije nada.
- ¿entendiste?.- me tomó por el mentón.

Asentí repetidas veces.
En ese momento, comencé a llorar, Henry era malo y yo, yo solo era una chica muy frágil.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora