Capitulo 25.- Camino a casa.

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Richie dijo que quería ir al arcade. Me invitaron pero yo negué, no me sentía bien.
Caminaba a mi casa,l viento chocaba contra mi caray hacia que mi cabello se moviera.
Mi pantalón ya se había secado y la horrible sensación de los calcetines mojados, ya se había ido.
Mis tenis se encontraban más sucios de lo normal y solo podía pensar en qué cuando llegara a casa me daría una ducha y posteriormente me recostaría a penas todo lo de Bowers y Ben.

El viento levantó tierra la cual cayó dentro de mis ojos, maldije por lo bajo y empecé a tallar mis ojos.
Cuando los pude abrir, mire una figura a lo que parecía ser unos cinco metros. Mi vista estaba borrosa, cuando por fin pude terminar de abrir los ojos, pude mirar correctamente la figura, era un payaso. En alguna parte había visto ese payaso, cuando lo mire mejor era el mismo payaso de la vez anterior. Me crucé de brazos y puse mi cabeza de lado.

- esto no es gracioso.- abvertí en un tono serio.
El payaso parecía no escuchar, estar en su propio mundo, de pronto de su boca comenzó a salir lo que parecían ser litros de sangre, la cual combinaba a la perfección con sus globos rojos.
Una expresión de asco se mostró en mi cara.

- juro que llamaré a la policía.- amenace.
Me di media vuelta dispuesta a tomar otro camino, pero al momento de irme, sentí como su guante blanco tocaba mi cabello y después apoyaba su mano en mi hombro. Mire su mano, no era una mano, era más bien una garra, quite rápidamente la mano y corrí. No sabía hacia donde estaba corriendo pero corrí.

Corrí hasta que choque con alguien, esa persona me ayudó a levantarme, pero al momento de ver su cara retrocedí agresivamente. Era mi padre, a excepción de que a este le salían gusanos de su boca y dónde debían estar sus ojos, habían dos grandes agujeros.

Tropecé y caí de espaldas, lastimando mis manos.

- tú me mataste, cariño.- dijo mi padre.
No sabía que responder, solo me quedé ahí, en el suelo, viendo como mi padre me decía que yo era la culpable de haberlo asesinado.
- tú me mataste.- repitió.
Su boca formó una horrible sonrisa y de está cayeron varios gusanos, estos se retorcían en el suelo.

- tú me mataste.- repitió pero está vez había un tono de furia en su voz.
- papi...- fue lo único que pude decir.
- ven, cariño, toma mi mano y tú también flotarás.- dijo mientras extendía su mano.
Su mano estaba de un tono verde, estaba en estado de putrefacción.Estaba horrorizada.

- papi, yo no...- dije.

Antes de que pudiera terminar de hablar, escuché lo que parecía ser un zumbido en mi oído, cerré mis ojos, para después escuchar una explosión de lo que parecían ser globos. Cuando abrí los ojos, me encontraba en una calle, mire lo que parecía ser un carro azul el cual estaba parado a pocos centímetros de mi. Un grupo de personas me veían, algunos tenían una mirada de preocupación, pero los otros simplemente me veían con desaprobación.

Me levanté del suelo y salí del ahí. Me sentía realmente mal, pensar en que yo había asesinado a mi padre, ver a ese payaso de nuevo y lo peor, a ver visto a mi padre en putrefacción.
Las lágrimas corrían por mis mejillas, pero no importaba. Una punzada en mi mano izquierdo hizo que la mirara, tenía unos rasguños, limpie mis ojos con la manga de mi camiseta y camine a casa, sin duda había sido un día difícil, muy difícil.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora