Capitulo 14.- ¿Qué haces aquí?

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Caminaba por la solitaria calle, tarareaba mientras pateaba una piedra. Llevaba mi mochila a la espalda y una bolsa en la mano.
Me percate que la calle estaba más solitaria de lo normal, pero realmente no me fastidiaba.
Sentí como si alguien me observará, no me atrevía a ver, mire de reojo y vi una silueta. La curiosidad invadió mi cuerpo, voltie y me encontré con algo que nunca creí ver.
Era un payaso..... El payaso llevaba un manojo de globos, en su cara blanca solo se notaban sus ojos amarillos y unas líneas que partían desde sus labios hasta pasar por encima de sus ojos. Su cuello y parte del traje estaban cubiertos por sangre. Me miraba fijamente.
- esto no es gracioso ¿sabes?- dije mientras retrocedía.
Parecía no inmutarse, me miraba fijamente, hasta que sacudió su mano enguantada en mi dirección. Le regrese el saludo con un ademán con la cabeza.
Creí que ya no hablaría, así que le di la espalda y di los primeros pasos cuando.
- tu también flotaras- dijo el payaso.
Quedé paralizada, giré pero ya no había nada, la calle seguía igualmente de solitaria.
Mire a mi alrededor, al no encontrar nada seguí con mi camino.
Llegué a casa. Cómo siempre me quite los zapatos y colgué las llaves.
Deje la bolsa en la mesa y subí a mi cuarto. Iba en el pasillo cuando escuché un gran estruendo en mi cuarto. Camine a paso lento y abrí lentamente la puerta. Después de mirar unos segundos abrí la puerta de golpe.
- ¿qué haces aquí?- pregunté enojada.
- tranquila, no te voy hacer nada- respondió con calma.
Suspiré y pase una mano por mi cabello. Recordé lo de mi pastilla.
Fui a mi cajón y lo abrí, saque la pastilla y me dirije a mi mesa de noche, donde había un vaso con agua.
- ¿qué son?, Tus anticonceptivos- pregunto en un tono de burla.
- no Henry, no son anticonceptivos, y ¿sabes que? Debes irte de mi casa- respondí.
- ¿no te interesa saber cómo llegué aqui?- preguntó el chico sentado en mi cama.
Me recosté a un lado de el y pase una mano por mi rostro.
- bien, llegué aquí solo así que no tienes que temer nada, aparte vine porque no quería estar con mis amigos- comenzó el chico.
- espera, ¿cómo sabes dónde vivo?- pregunté.
- tengo mis contactos- dijo mientras guiñaba un ojo.
En respuesta rodé los ojos, ganandome una pequeña risa de su parte.
- como te decía, vine aquí porque no quería estar con mi amigos y tampoco tenía ganas de ir a mi casa- dijo el chico mientras se recostaba a un lado de mi.
- pero ¿por qué viniste a mi casa?- pregunté.
- no lo se- dijo el chico bajando la vista.
Lo mire, el era el bravucón de la escuela y ahora estaba en mi casa.
Estuvimos en un silencio.
- ¿quieres galletas?- pregunté.
El chico asintió.
Baje las escaleras, fui a la cocina, servía unas cuantas galletas en un plato. Dirije mi mirada a las escaleras, donde un chico llamado Henry se asomaba, hice como si no lo hubiera visto y subí.
Coloque el plato a un lado de el.
El chico tomó una galleta tímidamente.
Sin duda, ese no es el Henry de siempre.

No te tengo miedo/Loser Club, Henry Bowers y tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora